De niña, ya se perfilaba como una personalidad fuerte y distinta. Luego de ser expulsada de varias escuelas por fumar y beber, a los 15 años abandonó la educación formal para no "pasar un tercio de su vida trabajando para preparar el otro tercio".

Espontánea, provocadora y con algo de antihéroe, la londinense es presa fácil para la prensa amarilla de su país, ávida de chismes y escándalo.

"En realidad, soy una porquería. Simplemente logré engañar a mucha gente" dijo, por ejemplo, esta semana.

Pero el jurado de los premios Ivor Novello - galardones británicos para cantautores y compositores- no piensa lo mismo, pues este jueves le dio tres estatuillas, entre ellas a la mejor compositora del año y mejor canción por "The Fear" (El Miedo).

NIÑA TERRIBLE
Antes de recibir los premios con lágrimas en los ojos, la inglesa de 25 años les confesó a los periodistas que aún siente que sus composiciones parecen "canciones de cuna".

En sus letras conviven fracasos amorosos, críticas a la hipocresía de la gente "perfecta" y experiencias con el alcohol y eso ha hecho que chicas británicas y de todas partes se sientan identificadas e intenten imitarla, en su vestimenta y actitud.

En 2009, la revista masculina GQ la eligió la mujer del año por ser una de las artistas más innovadoras e influyentes. También es icono fashion: diseñadores como Karl Lagerfeld la eligieron como imagen de sus colecciones.

Allen acaba de anunciar que se tomará un descanso de cuatro o cinco años.

Por más que sus seguidores esperen impacientes la llegada del sucesor de "Alright, Still" y "It's Not Me, It's You" (2009) que la catapultaron al firmamento de las nuevas chicas mimadas del pop inglés, en el que también brillan Lady Gaga y Katy Perry.

Pero con ambas mantiene una relación desigual: con la última tuvo peleas -Perry le dijo "gorda" y Allen amenazó con publicar en Facebook su número de celular- y respecto a la primera dijo que le gustaría escribir para ella.