Los 10 mil narcisos de arcilla de Fernando Casasempere echan raíces en Antofagasta
El artista radicado en Londres dona su mayor obra pública a la ciudad nortina.

En 1997 Fernando Casasempere (1958) tenía un espacio ganado en el circuito artístico capitalino. Había vuelto a Chile luego de estudiar escultura en Barcelona unos años antes y de a poco logró insertar su trabajo en cerámica dentro del mercado de arte en Santiago. Su nombre se hizo conocido, del gusto de coleccionistas, y las galerías del barrio alto querían exponer continuamente sus obras. Tenía 39 años y parecía que como artista había ganado la primera batalla por obtener reconocimiento en el pequeño circuito local. Pero no era suficiente. “Sentí que ese éxito temprano podía ser muy dañino para mi obra. Me sentía orgulloso de haber logrado que la gente volviera a valorar la cerámica como arte, pero yo sentía que tenía que seguir exigiéndome más. Si yo seguía acá iba a ser muy fácil, entonces decidí irme y empezar de cero”, dice el artista que ya lleva 18 años radicado en Londres.
Fue en esa ciudad que Casasempere se probó como escultor, sorteando las modas pasajeras y logrando, a partir de un trabajo constante con la arcilla, atraer la mirada curiosa de reputados críticos y galeristas. En 2000 participó en su primera exposición colectiva en la prestigiosa Besson Gallery, que le abrió camino en el mercado londinense. Y en 2012, el artista emplazó su mayor obra pública: Out of Sync, en la Somerset House, uno de los edificios históricos más importantes de Gran Bretaña, ubicado a orillas del río Támesis. Allí, el chileno cubrió el antejardín de 10 mil narcisos hechos en arcilla, que meses después viajaron a Chile para adornar la Plaza de la Ciudadanía, frente al Palacio La Moneda. Por estos días, la obra cierra su ciclo y se instala de forma definitiva en el Parque Ruinas de Huanchaca, gracias al apoyo de Antofagasta Minerals y la Fundación SONAMI.
“Esta obra fue un gran salto en mi carrera. Me dejó en primera línea y de verdad es el paso que tiene que dar cualquier escultor hacia la monumentalidad. Ha sido un proceso largo, pero es interesante que se instale en este lugar, porque siempre pensé la obra con los colores del Norte”, cuenta Casasempere, quien estará en Chile hasta inicios de julio, cuando la obra sea oficialmente inaugurada.
Aunque la instalación fue pensada para Londres -los narcisos son flores típicas de esa ciudad, que se abren al iniciarse el verano-, Casasempere siempre le dio una lectura local. De hecho, hizo trasladar desde Chile a Inglaterra grandes cantidades de residuos mineros para construir la obra. “Ahora estos desechos vuelven convertidos en flores, lo que es muy simbólico. En los cementerios del Norte la gente hace flores de papel, de plástico, con una creatividad enorme, porque allá no hay flores, hay que inventarlas”, dice.
Pruebas personales
Aunque Out of Sync es su obra más monumental, no es la primera escultura que Casasempere inserta en el espacio público. En Inglaterra partió en 2006 con Under the Forest, pilares de cerámica levantados dentro del Parque de Escultura Ragley Hall, y en 2008 hizo una instalación de bloques frente a los edificios del Economist Plaza. El año pasado instaló en Chile su primera obra permanente, Masa Blanca en el CA 660, y en marzo de este año cubrió la fachada de la Clínica Alemana con dos murallones de arcilla. “De momento no volvería a Chile, porque Londres aún me aporta mucho, pero me inquietaba que no quedara obra mía acá”, dice el artista que en marzo de 2016 hará su primera gran exposición en el país, en el Museo de Bellas Artes.
¿Cómo fueron sus primeros años en Inglaterra?
Fueron difíciles, porque tuve que volver a ser nadie y al mismo tiempo tuve que convencerme de que podía decirle algo interesante a los europeos, que son los que escriben la historia del arte mundial. Siempre me he sentido un poco marginado, no estudié ni en la Católica ni en la Chile y he hecho mi camino en solitario.
Desde el comienzo defendió la arcilla como material ¿nunca quiso cambiar?
Cuando llegué a Londres fue el año de los British Young Artist, Damien Hirst, Tracey Emin, y yo venía con cerámica. Estaba atrasado, pero me aferré a lo que yo creía y seguí trabajando. De niño me impresionó el arte precolombino, la arcilla representa muy bien a nuestro continente, y desde ahí me quise enraizar.
¿En qué etapa de su carrera se siente ahora?
Es una etapa de madurez, tengo la confianza de que mi obra es de calidad, porque en Europa no se te regala nada. Allá nadie me conocía, ni le importaba mi apellido, eso al final te da tranquilidad.
¿Hay algún proyecto que sueñe realizar?
Ahora mismo me invitaron a realizar algo en Arabia Saudita, unos coleccionistas de Riad, pero la verdad es que los sueños los he ido cumpliendo. En 2007 decidí que haría menos obras, pero que me involucraría más en los proyectos; lo que me gustaría es seguir haciendo proyectos que puedan ser un aporte a la ciudad, que no sean sólo para acrecentar el ego personal”.
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