No sólo en el fútbol los deportistas son conocidos por sus apodos a través de los medios de comunicación y por el público. En la Fórmula 1 también existen muchos de ellos, y como es lógico, algunos con buena y otros con bastante mala recepción de los "aludidos".

Muchos son los pilotos de la máxima escudería que han debido cargar con un "mote" a cuestas, algunso de ellos desafortunados, pero en su gran mayoría bastante bien recibidos.

Por nombrar alguno de los "orgullosos", basta con mencionar a Kimi Raikkonen, quien luce con orgullo el apodo de "Iceman", tanto así que llegó a tatuárselo en uno de sus brazos.

De los clásicos, es imposible olvidar a "Magic Senna", o al denominado "Profesor Alain Prost". Algunos han sido menos creativos, como el "Polaco Volador" para Robert Kubica, o el "Escocés Volador" para Jackie Stewart.

Imposible de olvidar es el "Kaiser" para el alemán Michael Schumacher y su dominio absoluto de la categoría, o el "León de Inglaterra" para Nigel Mansell y su particular estilo agresivo sobre la pista.

Pero también es imposible olvidar a "El Ratón" Emerson Fittipaldi, o "La Rata" Nikki Lauda. Un tanto más ofensivo es el de "Black Jack" para Sir Jack Brabham y su mal carácter, o "El Chueco" de Juan Manuel Fangio debido al arco de sus piernas.

En la categoría de ofensivos, pero no menos recordados, aparece el "Andrea de Crashier" para Andrea de Cesaris y sus 18 monoplazas destruidos en pista. Como "El pequeño kiwi desafortunado" se le conoce a Chris Amon, quien vivió lo indecible en su estadía en Ferrari.

Finalmente Nelson Piquet hizo público su odio al apodo de "El Bocón" que debió cargar, debido a su increíble facilidad de ofender a los rivales a través de la prensa, o el "Jaimito" con el que se conoce a Lewis Hamilton en España, donde no es para nada querido debido a su disputa con "El Nano" Fernando Alonso.