Desconocido para muchos españoles hasta hace poco, el nombre del juez Luciano Varela se ha convertido en los últimos meses en un símbolo para muchos: para unos es el de un magistrado que puso a Baltasar Garzón en su sitio, para otros es el de alguien que persigue injustamente a quien por fin se enfrentó con lo ocurrido en la España franquista.

Cuando Varela fue nombrado magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo de España en enero de 2007, reconoció que sentía "un cierto temor por la responsabilidad" del cargo que asumía.

Sin embargo, no le tembló la mano cuando, en febrero pasado, dictó un duro auto que ha terminado con la apertura del juicio oral contra Garzón, un juicio que podría acabar con la carrera del juez más famoso del país.

Varela fue el encargado de instruir las querellas por prevaricación interpuestas contra el magistrado de la Audiencia Nacional española desde sectores ultraderechistas en relación con la causa que Garzón abrió en 2008 por los crímenes del franquismo durante la guerra civil (1936-1939) y la posterior dictadura (1939-1975).

En su resolución, Varela acusó a Garzón de una "ignorancia inexcusable tan jurídicamente grosera que no merece mayor comentario", por haberse declarado competente para investigar esos crímenes pese a la existencia de la Ley de Amnistía de 1977, que el conocido juez español, agregó, "decidió conscientemente ignorar u orillar".

A la luz de este auto parecen todavía más lejanos los tiempos en los que Varela y Garzón colaboraron en aras de la justicia. En aquel entonces, el ahora juez instructor del Tribunal Supremo era magistrado de la Audiencia Provincial de Pontevedra, la ciudad gallega que lo vio nacer en 1948. Desempeñó el cargo durante 23 años, hasta su nombramiento por el Supremo en 2007.

En aquella época, Varela y Garzón cooperaron en las primeras redadas contra el narcotráfico gallego, que desembocaron en 1990 en la famosa "Operación Nécora", el primer gran golpe policial a los clanes de la droga en esa región del noroeste de España y a los capos de lo que se dio por llamar como "la Cosa Nostra española".

Garzón, el juez instructor de esa causa, fue acusado entonces de haber sido poco riguroso, lo que según sus críticos hizo que las sentencias fueran mucho menores de lo que se esperaba. El propio Garzón diría después: "El sistema contra el crimen organizado falla y lo hace estrepitosamente".

En Pontevedra, Varela además se cruzó con Mariano Rajoy Sobredo, padre del actual líder del opositor Partido Popular (PP), Mariano Rajoy Brey, y presidente durante varios años de la Audiencia Provincial de esa ciudad, según recordaba recientemente el diario El Faro de Vigo.

Ideológicamente, sin embargo, Varela parece más bien alejado de los conservadores, algo que comparte con Garzón: comprometido con las libertades civiles, fue en 1983 uno de los fundadores de la asociación progresista Jueces para la Democracia (JpD), escindida precisamente de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM).

Además se dice gran amigo del ex ministro socialista de Justicia e Interior Juan Alberto Belloch, el actual alcalde de Zaragoza.

Profesor de Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela y fundador de la Revista Xurídica Galega, Varela fue además redactor de la ley que regula en España los juicios con jurado popular.

Es una ley que en sus palabras "tiene como novedad que quienes tienen el poder lo pierden a favor de los ciudadanos" y que "mete camiones de sentido común en el aparato judicial", según comentó en una entrevista con El Correo Gallego.

Lo que más recuerda de su larga trayectoria es, sin embargo, haber formado a muchos estudiantes de Derecho, de los que más de 40 ya son jueces y fiscales, entre ellos dos de sus cuatro hijos.

Ahora, más cerca de su jubilación, este juez que una vez se lamentó de haber reconocido que lloraba en el cine ha llevado a cabo la actuación por la que seguramente será más recordado.