Mario Vargas Llosa: "La prensa amarilla sirvió para castigar la libertad en mi país"
Vargas Llosa lanzó ayer su nueva novela Cinco Esquinas, ambientada en la Lima de los 90. El Nobel peruano, que cumple 80 a fin de mes, se refirió veladamente a su nueva vida sentimental.

"Es una historia situada en un período de mucha incertidumbre sobre el futuro del Perú: las últimas semanas de la dictadura de Fujimori", señaló, el escritor, en sus primeras palabras de la conferencia de prensa.
Cinco esquinas, que desde mañana estará disponible por el sello Alfaguara en librerías nacionales, promete ser una historia sobre extorsión y chantaje en un ambiente de violencia política, donde predomina el periodismo sensacionalista.
"La prensa amarilla ha servido para acallar, castigar la libertad y matar y asesinar a los críticos en mi país. En Perú hubo una utilización por parte de la dictadura para acusar de ser estafadores, depravados sexuales o maltratadores a todos aquellos que se oponían a la dictadura... Una manera muy vil de acabar con el honor de personas íntegras", señaló Vargas Llosa.
Otra referencia al periodismo que se hizo durante la conferencia se alejó de la presentación del libro y lo llevó a referirse a su relación con Preysler, que en el último año lo ha convertido en protagonista de las revistas sociales. Ambos dieron una entrevista el pasado 10 de febrero en la revista ¡Hola!, lo que llevó a su hijo, Gonzalo, a criticar a su padre. “Alguien tiene que decirle que se está equivocando en cómo está exponiendo su intimidad en ciertos medios”, dijo al diario español ABC.
La polémica sentimental que ha dividido a la familia del autor, quien estuvo casado por 50 años con su prima Patricia Llosa, y que lo ha hecho aparecer en la denominada prensa del corazón. Curiosamente es el mismo tipo de periodismo que en 2012 criticó en su ensayo La civilización del espectáculo.
"Si yo pudiera elegir, no aparecería en ¡Hola!. Ahora tengo fotógrafos en la puerta de mi casa y se me han quitado las ganas de salir a la calle. Quizá debería escribir una nueva versión de La civilización del espectáculo, ahora que tengo mayor conocimiento de causa", ironizó ayer.
Sentados en la terraza
Marisa se despierta en su habitación, iluminada por la luz del día. Un sentimiento de vergüenza la recorre de pies a cabeza. “¿De veras había pasado todo aquello?”, se pregunta, no muy segura de si aún sigue dormida o despierta, de si soñó lo sucedido o fue realidad... Esta es la duda que tiñe todo el primer capítulo de Cinco Esquinas, que se publica mañana en España, Latinoamérica y EE.UU. con una tirada inicial de 200 mil ejemplares.
Todo arranca con una comida un poco achispada y la alarma causada ante la proximidad del toque de queda: Chabela, la íntima amiga de Marisa, no alcanzará a llegar a su casa a la hora, por lo que decide quedarse a dormir donde esta última. Desde allí parte un relato donde un inesperado encuentro sexual entre ambas, dejará con la duda a Marisa sobre si realmente sucedió el episodio. Bajo este argumento el primer capítulo del libro se titula El sueño de Marisa.
Sin embargo Cinco esquinas promete abarcar mucho más que esta incipiente relación amorosa entre dos amigas. Es una proyección de la sociedad peruana a fines de los 90 y, sobre todo, de la utilización de la prensa amarilla como un arma política, son el verdadero centro de este relato.
En ese mundo de emociones y vida social aparece también la figura de Rolando Garro, director de un semanario sensacionalista, que intentará destruir la reputación de Enrique, el marido de Marisa, a través de unas fotografías comprometedoras.
"La historia tiene que ver con esa deformación profunda del periodismo -un fenómeno que no es exclusivamente peruano sino que es universal- y también con el final de ese período en que se mezclaron en el país la violencia política, la descomposición de la dictadura y una movilización social muy fuerte", ya había dicho Vargas Llosa al diario El Comercio en mayo pasado, cuando estaba en el proceso de creación de su obra.
Sobre los alcances políticos y terroristas en las primeras páginas del libro hay alusiones al toque de queda, a los apagones y a los secuestros.
"Estaban tomando un whisky sentados en la terraza, viendo el mar de lucecitas de Lima a sus pies y hablando, por supuesto, del tema que obsesionaba a todos los hogares en aquellos días, los atentados y secuestros de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, los apagones de casi todas las noches por las voladuras de las torres eléctricas que dejaban en tinieblas a barrios enteros de la ciudad, y las explosiones con que los terroristas despertaban a medianoche y al amanecer a los limeños", se puede leer en Cinco esquinas.
El nombre de la novela es el mismo del barrio limeño que el autor recorría en su juventud, cuando era periodista del diario La Crónica. Es a la vez la representación de un lugar que, en estas últimas décadas, pasó del esplendor a la decadencia.
"Fue el centro de la vida colonial. En él se encuentran los edificios más bonitos de esa época y las embajadas más importantes. Después entró en un periodo de decadencia y a principios del siglo XX volvió a revivir y en la época de Fujimorise convirtió en una zonacon violencia y mucha incertidumbre. Eso es Cinco esquinas", comentó Vargas Llosa mientras su rostro se contraía producto de los flashes.
Esta nueva obra viene a engrosar la extensa bibliografía del autor, que cuenta con cuentos, ensayos y trabajos periodísticos, además denovelas, entre ellas éxitos como La ciudad y los perros y Conversación en LaCatedral . Cinco esquinas es su libro número 18 en este género.
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