Histórico

Montserrat Ballarín, actriz: "Tengo la pura cara de cuica, lo juro"

Después de robar aplausos en Pituca sin lucas, la actriz nuevamente interpretará a una joven ABC1 en la próxima vespertina de Mega, Pobre Gallo.

Trece meses en la televisión lleva Montserrat Ballarín, la actriz que gracias a su rol de María Jesús Risopatrón, en 2014 pasó del anonimato a convertirse en una de las favoritas de los televidentes gracias a Pituca sin lucas.

Ahora, con el pelo más corto y más rubio, está muy cerca de estrenar su nuevo personaje, Camila Pérez de Castro, en Pobre gallo, la nueva teleserie vespertina de Mega. Nuevamente Ballarín encarnará a una joven de clase alta, o, en buen chileno, a una "cuica peloláis". Ante esto, la oriunda de Punta Arenas replica: "¡No quiero ser la cuica siempre! Tengo la pura cara de cuica, lo juro. Soy de alma piruja".

¿Ha sido muy complejo dejar atrás su reconocido personaje de Pituca sin lucas?

Espero estar haciendo algo completamente distinto, pero hay cosas que son propias de uno como persona, que no las puedes dejar de lado así no más. Lo más difícil ha sido hacer un personaje, por decirlo de alguna forma, más normal, porque el anterior era más una caricatura y estaba amparada en los dichos, en la forma de hablar y en las tonteras que hacía. El cambio de look me jugó súper a favor. Es un look más adulto.

¿El proceso de esta segunda teleserie ha sido más relajado que su debut? 

Yo siempre estoy muy nerviosa. Siempre he creído que si dejas de sentir ese salto al vacío es porque estás achanchada en los lugares y eso para mí no es bueno. Muchos creen que ahora es más fácil porque estoy más en confianza con el equipo, pero no. Me siento igual de nerviosa porque son otras presiones. Ahora, por ejemplo, tengo que probarme que puedo hacer un personaje completamente distinto. Lo que sí, es que es un súper buen colchón trabajar con el mismo elenco porque ya nos conocemos súper bien, y me siento mucho más contenida.

En Pobre gallo vuelve a estar con los galanes que la acompañaron en Pituca... ¿Eso hace más difícil desmarcarse del personaje anterior? 

Los tres hemos trabajado mucho en eso porque entendimos que la apuesta iba para allá, en mantener las parejas. Para nosotros es el doble de pega porque además de hacer personajes distintos, debemos torcerle la mano a la dinámica de las relaciones que nos unen. Queremos que la gente note una novedad en este triángulo amoroso aunque seamos los mismos actores.

¿Siente cierta presión por repetir el éxito? 

El fenómeno de la Pituca nadie se lo esperaba. Nosotros trabajamos con todas la ganas y haciendo las cosas como se suponen que tienen que ser, pero en esto no hay una fórmula o una receta para que funcione. Es bonito que la vida sea así, porque de repente a puros porrazos uno va aprendiendo. Partimos todos muy ansiosos por marcar la diferencia con Pituca, pero nos dimos cuenta de que esta es otra teleserie, es otra cosa. Ahora, hay que tirarse otro piquero.

¿Cómo vivió el éxito de la teleserie y lo que eso significó en los otros canales? 

Yo era súper polla, como buena cabra de regiones, y no sabía nada de  esto de los canales y sus áreas dramáticas. Ahora me doy cuenta de que es súper importante que los otros canales repunten. Así, hay más pega para los colegas y para todos, y al haber competencia uno se pone más riguroso y más exigente con el trabajo también.

¿Cuánto sabía de María Eugenia Rencoret antes de llegar a Mega?

Repito, yo era súper polla y no cachaba nada (ríe). Pero ahora me doy cuenta de que eso me ha jugado ene a mi favor. Como yo no conocía a la Quena, y no sabía que era una seca, llegué muy piola y comencé a tener relaciones más horizontales. Después empecé a saber más que es una capa de la tele.

Más sobre:portada

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Contenido y experiencias todo el año🎁

Promo Día de la MadreDigital + LT Beneficios $3.990/mes por 6 meses SUSCRÍBETE