Nuevos estudios vuelven a advertir sobre el exceso de Bisfenol A en envases y mamaderas
El pasado 18 de abril las autoridades canadienses declararon el Bisfenol A o BPA <strong>"sustancia peligrosa"</strong> pero decidieron no prohibir su uso porque los niveles de exposición no eran dañinos.

Hace poco menos de dos meses, un informe presentado por la Organización de Consumidores y Usuarios (Odecu), denunció el alto contenido del químico Bisfenol A (BPA) en las mamaderas plásticas.
Hasta entonces, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos, descartó que los niveles del químico utilizado en la fabricación de productos de policarbonato, representaran riesgos para la salud o que sea necesario retirarlos del mercado.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado por la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) y elaborado por investigadores de la Peninsula Medical School, de Exeter en el Reino Unido, sugiere que el Bisfenol A (BPA), un componente químico utilizado para fabricar envases de plástico transparente de comida y bebida, podría tener efectos adversos para la salud, al aparecer asociado con la diabetes, problemas cardiovasculares y alteraciones hepáticas.
Así lo afirma un estudio a partir de las muestras de orina recogidas por la Encuesta Nacional sobre Salud y Nutrición de EEUU (NHANES, por sus siglas en inglés) entre 1.455 adultos de entre 18 y 74 años.
La publicación del estudio coincide con la apertura de una investigación de la FDA, sobre el BPA, cuyos efectos dañinos ya habían alertado en el pasado ecologistas, asociaciones de consumidores y científicos.
Según los investigadores británicos, encabezados por David Melzer, más del 90% de la población de Estados Unidos presenta altos niveles de exposición continuada al Bisfenol A en sus casas y debido al consumo frecuente de productos envasados con este componente.
Los mayores niveles de concentración de BPA en la orina, según el muestreo, coinciden con un mayor índice de casos de diabetes tipo 2 y desórdenes cardiovasculares, tales como anginas de pecho, problemas coronarios o ataques cardíacos.
De acuerdo a los investigadores, el riesgo de padecer estas enfermedades se incrementaba en un 39% por la presencia de BPA en la orina. En los casos más extremos el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares se multiplicaba por tres, mientras que el riesgo de sufrir diabetes era 2,4 veces mayor.
Además, según el estudio, los elevados niveles de BPA en la orina también aparecían relacionados con concentraciones anormales de tres tipos de enzimas hepáticas.
"Mediante muestras representativas de la población adulta de Estados Unidos hemos encontrado que concentraciones elevadas de BPA están relacionadas con un incremento de enfermedades cardiovasculares, diabetes y anormalidades en las enzimas hepáticas", sostiene el estudio.
Estas conclusiones vienen a sumarse a las pruebas obtenidas ya con animales en el pasado y que llevaron a grupos ecologistas y asociaciones de consumidores, tanto en Europa como en Canadá y Estados Unidos, a reclamar su prohibición.
En 2003, un estudio publicado en la revista Current Biology alertó de que el BPA causaba graves alteraciones hormonales en ratones. Otros estudios han advertido de sus posibles efectos cancerígenos.
Según la revista JAMA, cada año se producen en el mundo más de dos millones de toneladas métricas de BPA, de acuerdo con datos de 2003, y la demanda crece anualmente entre un 6 y un 10%.
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