La ONU lamentó hoy la filtración de un informe sobre el asesinato en 1994 de miles de hutus de Ruanda refugiados en la vecina República Democrática del Congo (RDC), al tiempo que negó haber recibido presiones del Presidente ruandés, Paul Kagame.

El portavoz del organismo, Martin Nesirky, señaló que se sienten "decepcionados" por la decisión del diario francés Le Monde de publicar "un borrador" del informe, sin esperar a la divulgación de la versión final del documento.

"Se trata de un borrador, del que la versión final se publicará bastante pronto, pero se trata de un borrador", insistió el portavoz, quien desmintió las informaciones de que Kagame amenazó con retirar a sus tropas de la misión de paz en Darfur a causa del informe.

Aseguró que es "absolutamente falso" que el mandatario africano conversara sobre este asunto con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la reunión que mantuvieron el mes pasado durante una conferencia sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio en Madrid.

Al mismo tiempo, señaló que se ha producido un intercambio de correspondencia con el Gobierno ruandés, pero declinó precisar el contenido.

Nesirky resaltó que se trata de un informe elaborado por la oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, que "hace años que se lleva a cabo y que es muy importante".

Su objetivo es ayudar en la búsqueda de justicia y la lucha contra la impunidad en una de las regiones más convulsas de África, agregó.

Según la versión publicada por Le Monde y otros medios, el informe aporta datos sobre presuntos asesinatos, violaciones y otros crímenes cometidos por venganza contra civiles hutus entre 1993 y 2003 por el Ejército ruandés, en colaboración con rebeldes congoleses.

Ante estas acusaciones, y a través en un comunicado divulgado en Kigali, el Gobierno ruandés calificó de "inmoral e inaceptable" la acusación de Naciones Unidas, y atribuyó la filtración a un intento de desviar la atención de la reciente violación de al menos 154 civiles congoleses cerca de una base de la misión de paz del organismo en la RDC.

"Es inmoral e inaceptable que Naciones Unidas, una organización que fracasó por completo en la prevención del genocidio de Ruanda y las posteriores crisis de refugiados que son la causa del actual sufrimiento en Congo y Ruanda, ahora acuse al Ejército que paró el genocidio de cometer atrocidades", afirmó.