"Nuestro objetivo es hacer las cosas bien y mejor que los demás. Eso lleva a escalar posiciones en la participación de mercado y a crecer más que los demás, pero no nos obsesiona. Estamos entre los cinco primeros y nos sentimos cómodos, pero si mejoramos, bienvenido". Así define las prioridades de Liberty Seguros -entidad que está cuarta de la industria por prima retenida- su gerente general, Oscar Huerta.

El ejecutivo español considera que la desaceleración de la actividad en Chile será un aterrizaje suave, pero advierte que "la gente se pone en una situación catastrófica. Hace nueve meses todos decían que Chile iba como cohete y ahora todos están con miedo, porque como el cobre está en US$3 piensan que el país se va a hundir".

Destaca que el escenario no sólo depende de China y que por eso es importante que EE.UU. y Japón -países que son grandes consumidores de cobre- estén repuntando. Además, indica que muchas empresas chilenas que exportan celulosa y productos agrícolas que empezarán a tener resultados mucho mejores, porque sus productos serán más competitivos con un tipo de cambio más favorable.

¿Cómo ve a Chile?

Si bien se está desacelerando, en cualquier caso las cifras vistas desde un punto de vista internacional son potentes. Este año podría terminar con un crecimiento en torno a 4,5% y el próximo, en torno a 4%.

¿Cómo afecta esto al mercado de los seguros?

Seguros generales obviamente va a perder potencia, pero esperamos que se mantenga creciendo al doble de lo que crece la economía. Es probable que ese múltiplo se vaya reduciendo.

En este escenario, ¿cuáles son sus prioridades?

Nuestro foco está en los productos de línea personal y pequeña y mediana empresa. Luego, en grandes cuentas nacionales, tomando participaciones en coaseguros. Así que la parte más preocupante de esta desaceleración es la minería, que en nuestro caso impacta más a las empresas subcontratistas de este sector. También le pega al retail, que es un actor relevante en la venta de seguros y se empezará a sentir en términos inmobiliarios, en el tema de consumo y, por tanto, en venta de vehículos. Y eso terminará pegando en el consumo de seguros de las líneas personales.

Además, se modificó el Código de Comercio. ¿Qué impacto tiene?

Múltiples impactos. Estamos evaluándolos, pero son significativos. Es una norma positiva y necesaria. Lo que me parece más discutible son los plazos de aplicación.

¿Está mal determinado el tiempo de aplicación?

Es poco realista en todos los cambios y en cómo afectan al modelo de negocio. Repercutirá en la forma en la que hacemos los seguros en Chile y, por lo tanto, el nivel de transformación que necesitan las compañías no es menor. En un entorno tan competitivo, tan demandante desde el punto de vista regulatorio, ya el día a día es complejo, los plazos son apretados y esto se va trasladando a costos.

¿Cuánto impactará en costos?

No sabemos, lo estamos evaluando todavía. Pero no va a ser menor.

Soy crítico de los plazos, el cómo y el cuándo. Sobre todo, porque debería haber sido un poquito más consensuado y entender un poco más cuál es la realidad y la necesidad de las compañías a la hora de enfrentar estos cambios.

¿Hay apuro en cumplir los compromisos adquiridos al entrar en la Ocde?

No lo sé. Yo creo que el apuro viene más relacionado con las elecciones que con otra cosa. Proponer cambios de esta dimensión para que se implementen en meses es complejo, porque en otros mercados mucho más desarrollados han llevado años.

Algo parecido a lo que ocurre con Capital Basado en Riesgo...

Igual. Eso en Europa se lleva estudiando seis u ocho años y se está hablando de implementación en 2016, se han hecho ya seis análisis cuantitativos. Acá se hizo el primero, la metodología ni siquiera está cerrada, la parte más importante de ésta no está definida, se está trabajando.

Este primer borrador...

Me parece que no tiene ningún sentido el primer ejercicio que se hizo y menos tener que presentarlo, porque estaba incompleto y además le faltaban las partes más importantes. Entonces, el trabajo que se está haciendo ahora es el que se debió haber hecho antes. Deberíamos haber partido por tener afinado el borrador, consensuada y afinada la metodología y luego hacer el primer ejercicio.

Pero el requerimiento que resultó del primer borrador estaría en línea con lo que tienen hoy...

Es que da igual si el número es más alto o más bajo; no es representativo. Es más, el número que sale del primer ejercicio no sirve.