Palabra de Jorge Millas, un pensador disidente

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El libro Irremediablemente filósofo reúne 17 entrevistas a quien Nicanor Parra llamó "un iluminado".




Venía de estudiar en el Liceo de San Bernardo, donde su padre tenía una farmacia. Jorge Millas, nacido en 1917, tenía cuatro años cuando murió su madre. Con 12 años ingresó al Internado Nacional Barros Arana (INBA). En esos pasillos, donde después trabajó, conoció a un grupo importante de amigos.

"La verdadera generación fue para mí el círculo pequeño y vivo de mis amigos más próximos: Nicanor Parra, Héctor Casanova, Herman Niemeyer, Carlos Pedraza, Luis Oyarzún", cuenta Jorge Millas. Con ellos creó la Revista Nueva, en 1935, donde debutó como poeta y donde Parra publicó su cuento Gato en el camino. Pero otro sería el trayecto de Millas, dedicado a la docencia y a la formación universitaria. Con 16 años se inscribió en Derecho y Filosofía.

"Quizá la poesía solo fue para mí un ensayo exploratorio de mis posibles relaciones con el mundo", dijo Millas en un diálogo incluido en Irremediablemente filósofo. El nuevo ejemplar reúne 17 entrevistas que el académico dio entre 1970 y 1982, cuando murió, a los 66 años. Además, el libro incluye tres de sus discursos. Uno fue leído en el teatro Caupolicán, en agosto de 1980, en un encuentro organizado por los opositores al plebiscito constitucional.

Nicanor Parra fue el presentador de una conferencia que Millas improvisó sobre Freud en el INBA. El antipoeta diría: "Era fenomenal, un iluminado".

La entrevista que abre el volumen fue realizada por Alfonso Calderón para Ercilla (1970). Entonces, según Calderón, Millas contaba con cinco libros claves como Idea de la individualidad y Ensayos sobre la historia espiritual de Occidente.

"Admirábamos sin beatería a la Mistral, a Neruda, a Valéry, comenzaba a aburrirnos el surrealismo y abominábamos de la pedantería, aunque en el fondo nos creíamos la muerte", recordó

Millas sobre sus años de formación. En 1977 le preguntaron: ¿Se considera filósofo? "Permítame decirle, sin humildad y sin soberbia, que yo soy filósofo irremediablemente, aunque me gustaría remediarlo", dijo el autor de Idea y defensa de la Universidad.

"Millas pensó la esencia de la universidad como pocos y estuvo en primera línea para defenderla cuando las condiciones de su existencia se hicieron hostiles", apunta en la edición el académico Maximiliano Figueroa.

Docente en Perú, Puerto Rico y EEUU, desde 1952 hasta 1967 Millas fue director del Depto. de Filosofía y Letras de la U. de Chile. Participó en la fundación de la Universidad Austral de Valdivia, donde se instaló a fines de los 60. Pero el Golpe de Estado de 1973 dificultó su labor. "El líder intelectual de la disidencia", lo llamó la prensa. En 1980 fue exonerado y luego reintegrado a la U. Austral por un conflicto con el rector, el general (R) Pedro Palacios. Entonces dejó el decanato de Filosofía y la Dirección de Estudios. Un año después, tras su renuncia, dictó un curso de filosofía en su casa. A la semana tenía 10 alumnos inscritos. "El riesgo es que se piense que voy a abrir una especie de consultorio sentimental", le dijo a revista Hoy.

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