Pareja de Gerardo Rocha: "El amenazaba con suicidarse si yo lo dejaba"
En entrevista a La Tercera, Verónica Espinoza revela qué la llevó a contarle a Gerardo Rocha episodios de su pasado que terminaron por obsesionar al empresario poco antes del crimen del martillero Jaime Oliva

Acompañada de los libros de autoayuda que pensaba publicar junto al fallecido empresario Gerardo Rocha, la sicóloga Verónica Espinoza cuenta que vive su duelo "con profundo amor" y traza el futuro que debe enfrentar junto a los tres hijos que tuvo con el fundador de la Universidad Santo Tomás.
Un futuro que, en lo inmediato, estará marcado por la discusión sobre el destino de la herencia del empresario, que incluye la participación que tenía como principal accionista dentro del directorio de un holding valorado en US$ 100 millones, además de los intereses que tendría que conciliar con los de la primera familia de Rocha: Carla Haardt, su esposa, y sus hijos Karla y Gabriel.
"No me gustaría que la obra de Gerardo se vendiera ni que los proyectos internacionales se terminaran, para mí es importante el proyecto internacional de la universidad, era el sueño de Gerardo en estos últimos 10 años, era la esencia de su obra", dijo Verónica a La Tercera, respecto del futuro de la institución y del 70% de las acciones que tenía Rocha y su familia.
"NO ME SIENTO CULPABLE"
En octubre del año pasado, Verónica Espinoza le aseguró a Rocha que había sido violada hace más de 10 años por el martillero público Jaime Oliva cuando trabajaba como su secretaria. Esta revelación despertó la obsesión del empresario, que finalmente terminó en el crimen de Oliva el pasado 21 de febrero. "La pistola ya se había instalado en nuestra casa, el peligro de muerte ya estaba en mí o en Gerardo", recuerda la sicóloga respecto de los últimos meses de 2007.
"El me amenazaba con suicidarse si yo lo dejaba. Con los emails de Yutronic rondando no tenía otra opción que contarle lo que había pasado. Nunca pensé que Gerardo podría hacer algo así, nunca, incluso creo que no era su intención matar a nadie. El era impulsivo, no violento, son cosas muy distintas", recalcó.
No obstante, en sus declaraciones ante la policía luego del crimen, lo define como un hombre "violento y celoso" y detalla las tres agresiones físicas que sufrió de parte del empresario desde en 2004
Ahora y sin desconocer esos episodios, Verónica intenta explicarse el estado en que Rocha vivió los últimos meses, antes del homicidio en El Quisco: "Sabíamos que nos amábamos, pero el último período Gerardo entró en crisis, estaba mal siquiátrica y sicológicamente, no es raro que genialidad y locura vayan de la mano. Fue fuerte para él todo el tiempo que estuvo en cama luego de que se cayó en Barcelona. Se insegurizó, yo creo que también se deprimió, se puso agresivo y desconfiado con todo el mundo", respondió Verónica.
Respecto de la importancia que tuvo su confesión en la decisión de Rocha, la sicóloga es clara: "No, no me siento culpable, esto es una decisión que él tomó, Gerardo, nadie más que él. El tenía dentro de sí una parte muy sicopática, de la cual no me puedo hacer responsable. Si uno dice algo, eso no implica que tu pareja va a tomar la justicia por las armas, además eso no está claro tampoco. Gerardo era el único que lo podría haber aclarado, pero ya no está".
Cambiándose de casa y pensando en comenzar a ejercer a futuro como sicóloga en una consulta para niños, Verónica termina reflexionando: "Si hubiera sabido todo lo que iba a ocurrir nunca hubiera dicho nada, eso es obvio (...) Tengo la conciencia tranquila y puedo dormir tranquila, porque siento a Gerardo a mi lado tal como me lo prometió".
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