Lo que tienen los villanos del mundo de los Coen, es pura maldad. Parecen sacados de un pasaje bíblico, donde lo que se hace, se paga, y nada en ellos es matizado, sólo hay mal. Aunque la serie Fargo, ganadora de dos Emmy el año pasado y una de las producciones televisivas más aplaudidas de 2014, no es dirigida ni escrita por los hermanos Joel e Ethan Coen, ellos sí cedieron los derechos a Noah Hawley para crear una nueva historia que sucede en el universo de su película de 1996, y como el mejor tipo de fan fiction, o una ficción prima-hermana, busca presentar todos esos elementos que hacen de los Coen lo mejor del cine, pero en la TV.

Billy Bob Thornton es un malo de pura maldad, un asesino a sueldo que se convierte en la salvación y pesadilla de un sencillo hombre de un pequeño pueblo de Minnesota, interpretado por Martin Freeman (Sherlock). La serie, tal como la película, tiene a una mujer policía tan hábil, como amable e inteligente, interpretada por la maravillosa Allison Tolman, uno de los descubrimientos de la pantalla chica del último tiempo. Y sí, aunque la historia tiene paralelos con la película ganadora del Oscar , es una narración original, llena de homenajes al mundo Coen, y un par de guiños a esa historia de los 90 que harán a los fanáticos sonreír.

Llega tarde a nuestra pantalla -cuando Estados Unidos se prepara para el estreno de la segunda temporada, de historia completamente independiente, protagonizada por Kirsten Dunst-, pero llega. La serie Fargo, de diez capítulos, se estrena mañana a las 22 horas por OnDIRECTV. Y aunque está lejos de ser una verdadera creación del nivel de los Coen, con sus mezclas de humor, cine negro y estudios del hombre sencillo puesto en situaciones límite de la moral, es un excelente ejercicio televisivo, que tiene a algunas de las mejores actuaciones del último tiempo. Y tiene a un malo, malo de verdad, que parece siempre retornar, y no morir jamás.