Primera dama hondureña dice que no es negociable la destitución de Zelaya

Xiomara Castro encabezó una marcha de seguidores del despuesto gobernante en Tegucigalpa.




La primera dama de Honduras, Xiomara Castro, dijo hoy que lo único no negociable es que su esposo, el depuesto Presidente Manuel Zelaya, no sea restituido en su puesto.

"Lo único que no vamos a negociar es que el Presidente no sea restituido en su puesto", enfatizó la esposa de Zelaya al encabezar una marcha en Tegucigalpa de seguidores del gobernante depuesto el 28 de junio pasado.

Dijo que "si hay cuentas del presidente, por qué no permiten que venga a defenderse" y qué "cuál es el miedo de que el presidente venga".

Sobre la reunión que hoy tiene en Washington la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, con su esposo, expresó que "se van a analizar las medidas que se han ha tomado y las que se tienen que tomar".

Entre centenares de personas que coreaban consignas a favor del presidente Zelaya y saludos a ella como primera dama, la esposa del depuesto gobernante dijo: "no era posible que yo estuviera refugiándome y que hubiera hombres y mujeres arriesgando su vida", exigiendo el regreso del gobernante al poder.

"No tengo miedo porque yo sé que el presidente constitucional de Honduras levantó la bandera, pero esa bandera hoy es de todo el pueblo", subrayó Xiomara Castro.

Indicó, además, que ayer recibió "la lección más grande" de su vida, en alusión a una conversación con los padres de uno de los dos jóvenes que murieron el pasado domingo frente al Aeropuerto Toncontín, de Tegucigalpa, cuando miles esperaban el regreso de Zelaya al país, que se vio frustrado por los militares.

La primera dama no identificó a ninguno de los dos fallecidos que, según fuentes oficiales, hubo en los incidentes, de los que solamente se tiene el nombre de uno, Isy Obed Murillo, quien murió de un disparo en la cabeza.

Dijo que llamó a los padres del joven fallecido, porque "quería darles fuerza por la pérdida de su hijo", pero que resultó que más bien fueron ellos quienes le dieron fuerzas a ella.

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