Histórico

Punta de Choros: Paraíso en peligro

<img height="16" alt="" width="60" border="0" src="http://static.latercera.cl/200811/193728.jpg " /><br /> Por décadas, esta caleta de mariscadores fue uno de los secretos mejor guardados en el micromundo de los buceadores.

Sábado, 7:02 a.m. Posada Paty, vulca y mechada en pan de molde. Esa es la seña. El cruce está a unos 75 kilómetros al norte de La Serena por la Ruta 5 Norte, a menos de una hora del último rastro del desierto florido, casi pisando Atacama. El camino hacia la playa paraíso es una pendiente escarpada a ratos, de tierra blanca, calamina y aceite de los olivos. La promesa de flotar en otra atmósfera está a 45 km hacia la costa, bajando hacia el mar. Hacia el fondo del mar.

El sol, oculto tras las mismas nubes de tantas mañanas, pega sobre los matorrales inútiles y los cactus con espinas gigantes. Sobre lagartijas gordas, cabras y los seres humanos que desde hace un siglo viven en dos poblados: Los Choros, primero, a 20 km del cruce, y caleta Punta de Choros, en la costa, frente a las islas de la Reserva Pingüino de Humboldt, 22 km más allá.

Que esta esquina del planeta permanezca en el tiempo como una polaroid templada, desolada y transparente, ya no es tan claro. Un viejo cartel de madera a la orilla del camino en el que se lee "¡No a las termoeléctricas!" parece tener algo que ver.  Tal vez estos sean los últimos días del Punta de Choros que conozcamos: esa caleta secreta y perdida al final de un desierto, en la que todo transcurre suave y lento en la superficie, y abajo también, en la profundidad azul del Pacífico sur. Porque a esta punta de aguas semisaladas y rica en diminutas algas rojas (el hábitat ideal para los choritos y otros bivalvos, de ahí su nombre) se viene a tomar sol y a descansar, obvio, pero en los últimos años a Punta de Choros se viene especialmente a bucear.

Es mediodía y Punta de Choros no es sólo una caleta. Es, primero, el pueblo de mariscadores y ex mineros reconvertidos que emigraron de El Tofo, hace más de 30 años. Y es también la costa protegida que mira hacia la reserva, con sus islas Chañaral, Gaviota, Damas y Choros. Esta última, una roca imponente, imposible para el desembarco, lo que significa que está llena de vida animal. Cormoranes, gaviotas y pilpilenes, chungungos o nutrias de mar, lobos marinos durmiendo guata al sol sobre las rocas y pingüinos amantes del calor, cientos de ellos, los que le dan el nombre a esta reserva: Pingüino de Humboldt, o la colonia más grande de estas aves en el mundo, una rareza de la pachamama y de una fría corriente marina que los trajo hasta acá.

Al sumergirnos, vemos el paisaje que pocos humanos conocen: bosques de huiros y cochayuyos que se mecen sin parar cerca de la costa y, más allá, esos pequeños cordones montañosos que quedaron sin salir a la superficie, con cumbres a 10 metros de profundidad y nacientes a 45 metros y más. Son los bajos oceánicos El Toro, El Apolillado, El Miramar, La Ventana o La Ballena, miniciudades pintadas con un filtro de colores setenteros: todo es celeste, anaranjado y cafecito claro, en donde viven crustáceos, moluscos, algas, esponjas fosforescentes y peces de tan variadas especies como jamás se ve cerca de la costa chilena.

Isla Damas, la más pequeña y lejana, es la más hermosa y con una de las mejores playas del norte: La Tijera, de arenas blancas y aguas turquesa, llamada así por la formación rocosa en forma de "V" que domina el encuadre. Es como un paraíso tropical, pero sin palmeras, sin ruido y, lo mejor de todo, casi sin humanos. Todos dicen eso. Por lo mismo, todos quieren pagar los 7 mil pesos del pasaje y recorrer la media hora en lancha que la separa de las caletas La Higuera y San Agustín de la Punta, para verlo todo con sus propios ojos. Y es así. La isla Damas es una "joyita" que pertenece al mundo animal, llena de rincones memorables y nidos de aves con huevos, a la que sólo los visitantes respetuosos, cariñosos y conscientes son bienvenidos. O sea, la basura te la llevas de vuelta y no debes salirte de los senderos.

En las aguas que circundan la isla Damas viven unos 70 delfines "nariz de botella", grupo de mamíferos acuáticos que suelen ser nómadas y que forman la colonia estable más austral del mundo. Algunos seres humanos comunes sostienen que los delfines son descendientes de seres humanos especiales que se hundieron con civilización y todo hace miles de años, que evolucionaron y ahora se comunican telepáticamente y por eso dicen que tocarlos es terapéutico. Los lancheros cuentan que los delfines, aunque se dejan ver, cada vez lo hacen menos y que en el verano huyen del ruido y el aceite de los motores.

En temporada estival se hacen 30 tours diarios a las islas y no hay pescados en la caleta porque los pescadores no pescan: hacen turismo y se aseguran para el resto del año. Los buzos cuentan que lo bueno del verano es que aumenta la flora y fauna marina. La Capitanía de Puerto calcula que el verano pasado llegaron más de 25 mil visitantes a Punta de Choros y aún no hay protocolos de observación, pero sí hay medidas. Hoy, por ejemplo, ya no se puede acampar en la isla Damas. A veces, sólo a veces, y en los meses de invierno, es posible ver ballenas francas nadando frente a la caleta.

Es sábado, son las 3 de la tarde y en Punta de Choros ya nadie está solo. En el pueblo viven casi 300 personas y hoy han llegado 200 buzos. Celine, la nieta de Jacques Cousteau, el padre de los documentales submarinos y el hombre que inventó el primer equipo de buceo autónomo de la historia, está aquí. Viene a bucear y a apoyar una causa que está en veremos: la de la gente que no quiere termoeléctricas en el lugar, un movimiento ciudadano formado por agricultores, pescadores, operadores turísticos, comuneros y pequeños ganaderos caprinos de la comuna de La Higuera.

El proyecto encargado por el gobierno a la transnacional belga Suez Energy y también a Codelco, originalmente, incluye la construcción de cuatro centrales termoeléctricas en la comuna de La Higuera, a 20 km del límite de la reserva, tres de las cuales operan a carbón. La del proyecto Punta Colorada, por ejemplo, de Barrick Gold, será alimentada por petróleo y está pensada para abastecer de energía al polémico proyecto Pascua Lama, que está justo en línea recta desde la caleta hacia la frontera con Argentina. Los riles, o desechos líquidos de las faenas, siempre son evacuados al mar e incrementan en aproximadamente 6° C la temperatura de las aguas. Un error en el monitoreo de los niveles de químicos que contienen esos riles, como el arsénico, provocaría un efecto en cadena en los ecosistemas terrestres y marinos.

HOMBRES RANA Y DELFINES
Domingo, 3:27 p.m. Antes, Punta de Choros fue territorio de changos que dejaron sus conchales y nada más. Hace 10 años, 25 familias vivían aquí y sólo un millar de personas, casi todos buzos old school, visitaban el lugar secreto de nueve kilómetros de arena blanca y un pedazo turquesa de océano para conocer, pero el boca a boca hizo su trabajo: la población se cuadruplicó, construyeron cabañas, se instaló un par de centros de buceo y los agentes comenzaron a ofrecer el lugar en sus paquetes turísticos. Y está bien. Las versiones del paraíso tienen que ser de todos. Muchos de los que están aquí, vistiéndose con trajes y equipos súper tecnológicos, cargando tubos, chequeando relojes-computadores, válvulas y mangueras, llegaron hasta acá buscando algo y conocieron el efecto distorsionador del tiempo y el espacio que suelen tener las caletas perdidas del norte chileno.

César Villarroel, instructor C-Mas, dueño de ExploraSub y organizador de los tres encuentros de buceo que aquí se han realizado, venía arrancando de algo o buscando algo. Hace justo 10 años, llegó de noche a la caleta, armó su carpa y algo pasó: "Desperté con dos islas al frente y una playa de aguas turquesa. No lo podía creer. No tenía idea de los delfines ni de los pingüinos y en el primer buceo aparecieron. Eran súper amigables, se acercaron como jugando. Vi una ballena y aluciné", cuenta César, parado en un bote, y mira a los 80 buzos que saldrán en ocho botes a la mar esta tarde, todos contentos, y sonríe como sonríe un hombre cuando está satisfecho. La temperatura ambiente es de 19° C y la del agua, 14° C. La visibilidad es óptima. Es un buen momento para bucear. Los delfines aún están aquí.

GUÍA DEL VIAJERO
CÓMO LLEGAR:

- Por la Ruta 5 Norte y desde el sur, casi al llegar a El Trapiche, 75 km al norte de La Serena, está señalado el cruce a Los Choros y Punta Choros. Es un camino de tierra de 45 km hacia la costa.

- Transfer desde La Serena a Punta de Choros: Todos los días, a las 09:00 y 17:00, $ 3.500 pp. Reservar con un día de anticipación. Teléfono (9)367 4273 / (9)423 7674 / (9)717 0122

BUCEAR:
- Centro ExploraSub:
Equipamiento para un buzo casual, profesional y también para niños. Teléfono (9) 402 4947. Cursos, bautizos y exploraciones a bajos oceánicos y barcos hundidos.

- Zonas de inmersión: Isla Choros (cabecera sur, roca Alfa, cabecera norte, las loberas), isla Damas (playa La Tijera, La Poza, El Camello, Los Rodados), isla Gaviota (sector oeste, cabecera sur).

- Bajos oceánicos: En la categoría de imperdibles entran estos cordones montañosos sumergidos, con grandes acantilados y quebradas, cuevas y rincones, de hasta 70 m de profundidad, en los que se concentra una biodiversidad marina animal y vegetal sencillamente impactante.

- Bajos: El Toro, 16 km al sur de la Punta; El Apolillado, frente a las islas de la reserva, con un naufragio de 1912 ubicado al sureste; el bajo Tiburón, en isla Choros, la cordillera submarina con más flora y fauna de la reserva; La Ballena, en isla Gaviota; La Ventana y El Miramar. También se recomienda explorar el buque Lynch.

QUÉ VER (BAJO EL AGUA)
- Peces:
Viejas, pejeperros, rollizos, cabrillas comunes y españolas, vieja tiuque, bilagay, cabinza, congrio colorado, dorado y negro, alpargata, jerguilla, apañado, corvinas, sierras, palometas, lenguados, pejesapos, borrachilla y un largo etcétera.

- Cefalópodos: Pulpos.

- Gasterópodos: Locos, caracoles, machas, choros y picorocos.

- Equinodermos: Erizos rojos y negros, estrellas y soles de mar.

- Mamíferos: Lobo común, delfín "nariz de botella", y en el verano se pueden ver ballenas.

- Escualos: Tollo, tollo de cachos, rayas (pastinaca), pez torpedo o temblador y pintarroja.

DÓNDE DORMIR
- ExploraSub: Cabañas frente a la isla Gaviotas, desde $30.000 a $50.000, para 2 y 6 personas, cómodas, con freezer y servicios adicionales como cursos de buceo, arriendo de equipos, y juegos para niños.  Teléfono (9) 402 4947 / (8) 165 3519.

- Marea Alta: Cabañas y camping, entre caleta Corrales y muelle La Higuera, con club house, bar y restaurante. Actividades de buceo y tours por las islas de la reserva. Desde $ 30.000. Teléfono (9) 345 0082 / (9) 741 6302 / (51) 211534.

- Amarilis: Cabañas equipadas en la plaza de Punta de Choros. Desde $ 30.000 a $ 45.000. Teléfono(9) 447 5200 / (9) 623 0342.

- Cabañas Juan Gaviota: Equipadas, con club house y quincho, frente al mar.  $ 40.000 para 4 personas. Teléfono (8) 391 5024.

- Excursiones por las islas: Willy Barrera, dueño de la Highlander, la mejor lancha y uno de los pescadores que más conoce la reserva. Teléfono (9) 451 9487.

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