Histórico

Rebajan a US$ 500 millones multa por el peor derrame de petróleo en EE.UU.

En 1989 el buque Exxon Valdez colisionó en Alaska derramando 40,9 millones de litros de crudo. La sentencia anterior demandaba el pago de US$ 2.500 millones.

Aunque tenía un historial de ebriedad y su sangre mostraba altos niveles de alcohol a 11 horas de ocurrido el accidente, Joseph Jeffrey Hazelwood -capitán del buque tanque petrolero Exxon Valdez- fue absuelto de ese cargo. Se le había acusado de negligencia por abandoar su puesto de forma "inexplicable", dejando la nave al mando de subordinados no capacitados para la tarea.

Era 1989 y el navío de la compañía Exxon Mobil causaba el peor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos tras colisionar con un arrecife de coral frente a las costas de Alaska: 40,9 millones de litros de crudo -equivalentes a 125 piscinas olímpicas- fueron derramados en la bahía, generando uno de los mayores desastres ecológicos del país del norte.

MILLONARIA MULTA
Si bien la empresa debió desembolsar US$ 3,4 mil millones en labores de limpieza, una corte también la condenó a mediados de los 90 a pagar US$ 2.500 millones en compensación por los daños que el accidente causó a 32 mil habitantes locales que vivían de los recursos marinos que se perdieron por la tragedia. De hecho, muchas poblaciones de animales marinos nunca se volvieron a recuperar.

Sin embargo, ayer la Corte Suprema de EE.UU. determinó que a Exxon Mobile sólo le corresponde pagar una compensación de US$ 500 millones por el daño causado. "Los cargos por daños aplicados en las primeras instancias fueron excesivas de acuerdo con las leyes marítimas", señaló el tribunal en su fallo.

El dictamen consideró el hecho de que la compañía se reconociera culpable por las violaciones criminales del caso y gastara más de tres mil millones de dólares en tareas de limpieza luego del accidente.

EL DAÑO ECOLÓGICO
El desastre ocasionó una mancha de petróleo en la costa de Alaska que se extendió por 2.000 kilómetros. Para borrar las huellas fueron necesarios cuatro veranos de arduo trabajo, 10 mil trabajadores, mil embarcaciones y cien aviones, bautizados en aquella época como el "ejército Exxon".

Sin embargo, y pese a todos estos esfuerzos, las huellas de crudo todavía se pueden ver en algunas playas de la zona. Tampoco es posible revertir la mayor parte del daño ecológico causado por el accidente.

Entre los efectos inmediatos se incluye la muerte de entre 250 mil y 500 mil aves marinas, al menos mil nutrias, 300 focas, 250 águilas calvas y 22 orcas. Junto con ello, cientos miles de huevos de salmones y arenques resultaron destruidos.

Otros efectos nocivos persisten hasta hoy día. Diversas poblaciones de animales marinos han visto reducidas poblaciones, sin lograr recuperarse.   Tanto nutrias como patos han presentado elevadas tasas de muerte, debido a la ingesta de presas contaminadas y residuos en el ambiente.

Un estudio de la U. de Carolina del Norte realizado 15 años después de la tragedia concluye que la recuperación total tomaría al menos 30 años.

Similar conclusión alcanza la Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (Noaa) que señaló al accidente como responsable de una disminución de la vida salvaje en el área por la exposición crónica a la contaminación existente en la zona.

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