Restricción: espacio vial más eficiente
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LA CONGESTIÓN vehicular es un problema creciente en nuestras ciudades. Concretamente, en Chile el parque vehicular ha tenido un aumento exponencial del 94% en la última década, situación que afecta la calidad de vida de las personas. De hecho, el 64% de los automovilistas se siente estresado en hora punta y un 40% dice que cada año llega más tarde a sus actividades. Esto también afecta a quienes usan el transporte público, que se deteriora como consecuencia del aumento del uso del automóvil.
Las proyecciones indican que la situación sólo puede empeorar si no adoptamos las medidas adecuadas; por lo mismo, llegó el momento de buscar soluciones para disminuir la congestión y que beneficien a las personas. Con este objetivo, hemos decidido apoyar el proyecto de ley sobre restricción vehicular permanente, presentado por los senadores Guido Girardi, Manuel Antonio Matta y Manuel José Ossandón, como una herramienta que contribuya a hacer de nuestras ciudades mejores lugares para vivir. Pero, también hemos decidido flexibilizar la iniciativa, para garantizar su efectividad.
A pesar de los resultados positivos que tuvo la restricción vehicular durante los episodios ambientales críticos el año pasado en Santiago, la experiencia internacional muestra que una restricción permanente (por dígitos) puede incentivar la compra de otro automóvil, tornando inefectiva e incluso contraproducente esta medida. Es esto lo que queremos evitar, por lo que nuestra propuesta introduce la opción de la compra de un pase diario que permita la circulación de vehículos en días en que les toque restricción.
Esta propuesta va en beneficio de las pequeñas y medianas empresas que, pagando el pase, no verían afectada su capacidad productiva. Además, permitiría a las personas la flexibilidad de usar su automóvil para viajes altamente valorados y con pocas alternativas; salir de la ciudad, ir al aeropuerto o a citas médicas, entre otras. En estos casos, el costo del pase diario se vería compensado por la menor congestión y, por ende, mayor velocidad de circulación en los días sin restricción.
Este pase diario tendría ciertas características para amortiguar su posible efecto distributivo. Por ejemplo, que su precio se fije según el valor del auto y que para personas naturales exista un límite establecido al mes, trimestre o año, para que cada persona contribuya a disminuir la congestión.
De ser aprobada esta propuesta, su aplicación concreta dependerá de la situación específica de cada urbe, pudiendo quedar limitada a ciertos horarios y zonas de la ciudad. También es necesario condicionar su aplicación al estado y calidad del transporte público, aunque se debe enfatizar que uno de los mayores obstáculos para mejorar la calidad de la locomoción colectiva es precisamente la congestión.
Esta medida también es concordante con las propuestas entregadas por la comisión Promovilidad Urbana y cuyo proyecto de ley ingresará al Congreso durante los próximos meses con el objetivo de mitigar los efectos de la congestión en nuestro país.
Como ya dijimos, la congestión nos afecta a todos, pero también es un problema del que todos somos parte responsable. Renunciar al uso del auto un día tiene como resultado una ciudad más amable, más limpia y menos congestionada.
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