Rock in Rio celebra su propia historia
Este viernes comienza el festival brasileño, que durante una semana reunirá a estrellas pop del momento con artistas que estuvieron en el legendario debut de 1985.
La escena se registró hace tres décadas, pero hasta hoy figura como uno de los momentos más memorables del rock a este lado del mundo. Fue un 11 de enero de 1985, en la noche inaugural de la primera edición de Rock in Rio: mientras una marea humana coreaba a todo pulmón la primera estrofa de Love of my life, Freddie Mercury y el resto de los integrantes de Queen observaban desde el escenario emocionados, como con cierto estupor, antes de seguir con la canción. Por primera vez un país sudamericano albergaba un evento musical de estas proporciones, y las más de 300 mil personas que llegaron al barrio de Jacarepaguá ese día se lo hacían sentir al cuarteto inglés.
A 30 años del hito, el conjunto británico volverá este viernes al multitudinario encuentro de Río de Janeiro. Lo hará con dos de sus miembros originales y el nuevo vocalista Adam Lambert, y nuevamente como el plato fuerte de la primera jornada de la cita, en un reencuentro que sintetiza el espíritu detrás de esta nueva edición del evento, la sexta que se realiza en un su ciudad de origen y la decimosexta a nivel mundial.
"De alguna forma queremos devolverle la emoción, que la gente sienta la historia", explica a La Tercera Roberta Medina, hija del creador y vicepresidenta ejecutiva del festival, que para festejar su aniversario 30 reunirá durante siete días a un numeroso grupo de artistas. Entre ellos destacan varios que estuvieron en el debut de hace tres décadas, como Rod Stewart, Al Jarreau y los locales Paralamas do Suceso, además de los noruegos A-Ha, que si bien tocaron en el festival de 1991, fueron invitados especialmente luego de una votación entre el público carioca. "Junto con esto, en la noche inaugural tendremos un show especial con 20 artistas locales que interpretarán algunas de las mejores canciones brasileñas para celebrar la historia de Rock in Rio. Será una obertura muy poderosa", agrega Medina.
En total, se espera que 85 mil personas lleguen cada noche a la Ciudad del Rock, el lugar que desde 2011 se monta en la zona de Barra da Tijuca y en cuyos cinco escenarios también desfilarán este año nombres como Faith No More, Slipknot, Sam Smith, Metallica, Elton John, Seal y dos de las megaestrellas del pop actual: Rihanna y Katy Perry, ésta última, encargada de cerrar el evento el próximo domingo 27.
“Todo lo que hacemos, los artistas que escogemos, están pensados de tal forma que puedan llegar a diversas personas, no sólo en cuanto a edades sino también a estilos musicales”, dice la organizadora sobre esa cruza de géneros que ha caracterizado históricamente a la cita, por donde han pasado nombres tan diversos como Justin Timberlake, Red Hot Chili Peppers, Iron Maiden, Britney Spears y Guns N’ Roses.
Expansión
Todo nació como una forma de promocionar a Río de Janeiro como destino turístico y de cambiar la imagen del país, luego de una prolongada dictadura militar que finalizó en 1985. Así, el empresario Roberto Medina levantó un encuentro artístico del que no había antecedentes en la región, emulando a los grandes festivales del primer mundo. Dos décadas después, en 2004, la marca Rock in Rio inició su desembarco global, con seis ediciones a la fecha en Lisboa y otras tres en Madrid, además de su llegada al mercado estadounidense, con su debut en Las Vegas en mayo pasado.
En esa fase de expansión el festival habría estado en conversaciones para llegar a Chile, y hace dos años el propio Medina comentó a la prensa local sobre las reuniones que sostendría con la Municipalidad de Santiago para traer el gigante carioca a la capital. ¿Qué pasó desde entonces? "No recuerdo bien los detalles, porque las negociaciones las llevó mi padre, pero te puedo asegurar que seguimos trabajando en expandir la marca a otros países", indica Roberta Medina, quien descarta que el fallido aterrizaje haya tenido algo que ver con el auge de los megafestivales en Chile, aunque sí reconoce que, por ahora, el foco está puesto en el norte.
“Estados Unidos es el gran mercado del entretenimiento, y es una gran misión establecer la marca allí. Tuvimos una exitosa primera edición, pero todavía nos queda mucho por hacer, así que optamos por no ir a buscar otros países al menos hasta tres o cuatro años más, y centrarnos en Brasil y Portugal”, detalla.
Con todo, algo de Rock in Rio llega cada año al país. Basta mirar la cartelera de conciertos en Santiago del segundo semestre: Rihanna, Katy Perry, Queen, Faith No More y Slipknot son algunos de los nombres que bajarán a Chile tras su paso por el evento carioca, que se ha convertido en un "proveedor" de artistas para otros shows y festivales del continente. "Los artistas ya saben lo que es Rock in Rio, tenemos una historia de 30 años y Brasil es un mercado gigante donde aún se venden discos", dice Medina sobre las ventajas de la cita a la hora de armar su parrilla.
Pese a esto, siempre hay dificultades y nuevos desafíos, como encontrar cabezas de cartel que estén de gira para la fecha en que se realiza el evento, las variaciones del dólar y las coyunturas económicas de cada lugar -la crisis española los obligó a cancelar por ahora Rock in Rio Madrid- y la búsqueda de auspiciadores estratégicos, como Heineken, que se ha encargado de promocionar el festival y sortear entradas en otras latitudes, Chile incluido. “No seríamos capaces de parar un evento de este nivel si no tuviéramos sponsors, no podemos depender de la venta de tickets. Cerca del 50 por ciento de los costos del evento vienen de los auspicios”, cuenta la organizadora.
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