El lugar común dice que los años 80' fueron la "década perdida del rock". Mucha música desechable, plástico y maquillaje en pos de canciones y tendencias insustanciales. Puede ser cierto, pero la nostalgia no reconoce calidades. Y si hoy, la música de Def Leppard, Poison o Twisted sisters hace a muchos arrugar el ceño, eso no significa que sea olvidada.

Así lo entendió Rock of ages, un musical que se estrenó en Los Angeles en 2005, y que se basaba en viejos hits de grupos rock de esa década, como Bon Jovi o Europe. La obra alcanzó un gran éxito cuando llegó a Broadway, en 2008, con temporadas que se mantienen hasta hoy. Fue natural entonces que el cine pusiera sus ojos en la pieza escrita por Chris D'Arienzo, más aún con las exitosas experiencias recientes de musicales como Mamma mía! o Hairspray.

El resultado fue la cinta que acaba de estrenarse en EEUU el fin de semana, que aunque no triunfó en taquilla (el primer lugar fue para Madagascar 3), ha sido el suceso más comentado del último tiempo. La historia de una pareja joven que sueña con el estrellato, en 1987, y la carrera del icónico cantante Stacee Jaxx, tiene a un gran elenco liderado por Tom Cruise y que incluye a Catherine Zeta-Jones, Malin Ackerman, Paul Giamatti, Alec Baldwin, Russell Brand y la cantante Mary J. Blige.

Con un argumento que recuerda a Casi famosos, el homenaje al rock de comienzos de los 70' que filmara Cameron Crowe en 2001, Rock of ages cuenta la historia de Sherrie (Julianne Hough), una joven de pequeño pueblo con sueños artísticos. En Los Ángeles conoce a Drew (Diego Boneta), un chico que trabaja en uno de los locales rockeros más famosos de la ciudad, The Bourbon Room. Drew convence al dueño, Dennis (Alec Baldwin), para que emplee a Sherrie. Por esos días, en el club se prepara el concierto de despedida del mayor ídolo del rock: Stacee Jaxx (Tom Cruise), quien inicia una carrera solista.

Con abundancia de riffs de guitarra, lentejuelas y torsos desnudos, la cinta replica la iconografía del rock de esos años, y por sobre todo, su banda sonora es una fiesta para los seguidores del rock, heavy metal y glam de los 80, con canciones como Here I go again, de Whitesnake, Rock you like a hurricane, de Scorpions, Can´t fight this feeling, de R.E.O. Speedwagon, Wanted dead or alive, de Bon Jovi, o el himno I wanna rock, de Twisted sisters. Pero también le hace un guiño a los números musicales de series como Glee, en una extraña mezcla para capturar más audiencias.

Los comentarios de la prensa especializada han destacado la brillantez de los números musicales, y por sobre todo, la capacidad de Cruise y de actores como Zeta-Jones o Malin Ackerman de cantar rock. "Me propuso trabajar juntos y yo le ofrecí ser una estrella del rock. Aceptó encantado, pero no lo haría si no lograba cantar bien y tampoco iba a consentir que sustituyéramos su voz. Así que hizo un gran trabajo con un entrenador vocal", dijo sobre Cruise el director Adam Shankman, el mismo de la versión actualizada de Hairspray.

Para el asesor musical del filme, Bret Michaels, vocalista de Poison, el desempeño de Cruise lo hizo merecedor de ser considerado "el hijo bastardo de Axl Rose y Bret Michaels. El tiene la oscuridad e intensidad de Rose, y parte de mi propio look sobre el escenario", dijo el humilde vocalista.

La cinta se estrenará en Chile el 30 de agosto, con el título de La era del rock.