Histórico

Roma renueva su imagen y mejora la seguridad para recibir a turistas

La capital italiana impone medidas de seguridad adicionales y también restaura monumentos históricos para recibir a 33 millones de personas entre diciembre de este año y noviembre de 2016 con motivo del Jubileo de la Misericordia. Algunas decisiones han generado polémica, como la prohibición de los "gladiadores".

Luego de permanecer 17 meses cerrada por trabajos de restauración, el 3 de noviembre pasado volvió a fluir el agua en la famosa Fontana di Trevi en Roma, un acto celebrado por miles de turistas y residentes que vieron como el mármol de las esculturas lucía impecable y renovado, dejando atrás el tono gris provocado por años de contaminación.

Precisamente una imagen pulcra es la que las autoridades de la municipalidad buscan darle a Roma. Eso con motivo de la convocatoria extraordinaria que el Papa Francisco hizo en marzo para la celebración del Jubileo de la Misericordia, que comenzará el próximo 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016. Todo un desafío para la capital italiana, atribulada por la escandalosa destitución del alcalde Ignazio Marino hace cinco semanas y por la falta de recursos, reflejada en el mal estado de las calles, de los monumentos, del transporte público y en la aparición de ratas en el centro histórico.

Adorada por los turistas debido a la historia, la comida y el clima que ofrece, la realidad de Roma es distinta para sus residentes, que conviven con los servicios más ineficaces de todas las capitales de la Unión Europea (UE), según un informe de hace dos años hecho por la Comisión Europea, mientras que el desempleo juvenil se empina por sobre el 40% y la ciudad sufre los efectos de la crisis de los refugiados.

Teniendo en consideración esas dificultades, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, anunció que el gobierno destinará 200 millones de euros para mejorar el transporte,  las obras públicas y las condiciones sanitarias de Roma, con el objetivo de generar las condiciones adecuadas que permitan acoger a los peregrinos y visitantes que acudan a la “ciudad eterna” con motivo del jubileo. “El año santo será gestionado sin problemas” ha expresado en diversas ocasiones Renzi, un católico devoto.

Los gladiadores reclaman

Dentro de las medidas anunciadas por las autoridades para restaurar la buena imagen de Roma, la municipalidad -ahora encabezada por el administrador temporal Francesco Paolo Tronca- avisó que no permitirá la presencia de vendedores de tickets en las calles para distintas atracciones ni de personas que ofrecen transporte en bicitaxis.

Incluso quedarán prohibidos los “gladiadores”, personas que se disfrazan como los antiguos luchadores para sacarse fotos con los turistas alrededor de sitios históricos, como el Coliseo y recibir una propina a cambio. “Estos individuos actúan con frecuencia de manera inapropiada, son insistentes y a veces agresivos”, expresó el municipio romano en un comunicado.

Como era de esperar, la medida es rechazada por los “artistas” que personifican a los gladiadores, quienes provienen mayoritariamente de los barrios periféricos y pobres de Roma. “Italia está en crisis, esta gente tiene familias ¿y las autoridades les quitan sus trabajos?” reclamó a Reuters Luca, un hombre que por 15 años ha trabajado como gladiador.

Sin embargo, Tronca ya firmó la ordenanza que faculta a la policía a velar por el cumplimiento de la disposición y a multar a los infractores.

Estimaciones de la fundación italiana de estudios sociales (Censis) prevén que 33 millones de visitantes acudirán al Jubileo de la Misericordia, superior a los 25 millones de peregrinos que acudieron al jubileo de 2000 y muy por encima de los 13 millones de turistas que llegarona la ciudad en 2014.

Ante tales cifras, las condiciones de seguridad de Roma son una materia sensible y el temor generado por los atentados en París puso en duda la realización del Jubileo, pero el primer ministro Renzi descartó suspender el evento.

Las autoridades afirmaron que durante la masiva celebración católica estarán prohibidos los vuelos sobre el espacio aéreo del Vaticano y tampoco se permitirá el uso de drones. La policía aumentará su vigilancia en toda Roma, se instalarán más cámaras de seguridad en el metro y aumentarán las medidas de seguridad en los aeropuertos y en las principales atracciones turísticas.

La policía buscan evitar además episodios como el ocurrido a fines  de noviembre cuando un hombre entró en el Coliseo para protestar por las medidas restrictivas de la municipalidad. “Si el sujeto hubiera tenido una bomba, habría hecho explotar al Coliseo”, dijo a la agencia Reuters, Marco Deviato, un soldado retirado que estaba presente en el incidente, al cuestionar los procedimientos de seguridad de la autoridades romanas.

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