Histórico

Sarah Lark: "Siempre vivo en la novela que estoy escribiendo"

La autora alemana de la exitosa saga sobre los maoríes llega a Chile el 25 de abril.

Eligió Nueva Zelandia como escenario y montó una historia familiar que la ha tenido, desde 2011, en la lista de los libros más vendidos en el mundo. Fue entonces cuando la escritora alemana Sarah Lark (55) inició su trilogía narrativa con la novela En el país de la nube blanca.

El año pasado, la saga creció con la publicación de los dos tomos restantes: La canción de los maoríes y El grito de la tierra. En total: 10 millones de ejemplares vendidos, en un mercado donde algunas trilogías escritas por mujeres son explosivos bestsellers. Es el caso de E.L. James con Cincuenta sombras de Grey y Kate Morton con El jardín olvidado.

Para Sarah Lark, cuyo nombre verdadero es Christiane Gohl, hay elementos claves de su obra que la hacen atractiva para los lectores: "Mucho amor, drama y todo ello combinado con paisajes exóticos. El tipo de historia que estimula a los soñadores a seguir soñando despiertos", dice a La Tercera desde su hogar en España, antes de su arribo por primera vez a Chile el próximo 25 de abril.

La autora, nacida en la ciudad alemana de Bochum, en 1958, firmará sus libros en Santiago en una librería aún por definir y se referirá a su nueva novela, La isla de las mil fuentes, ambientada en Jamaica. Después, Sarah Lark hará un recorrido por el norte del país. Será su primer acercamiento real a Chile, al que conoce "sólo a través de los libros de Isabel Allende".

Esclavos en el Caribe

La aventura de la trilogía de Lark arranca en Londres, en 1852. Las inglesas Gwyneira y Helen realizan una larga travesía en barco rumbo a Nueva Zelandia tras aceptar la solicitud de matrimonio de dos desconocidos. Es el comienzo de una nueva vida en una tierra distante parecida al paraíso.

Lark trabajó en Nueva Zelandia como guía turística y se encantó con los paisajes, pero también con la cultura de los maoríes: etnia polinésica que se instaló en el siglo X en la isla de Oceanía.

El cierre de la saga está en las páginas de El grito de la tierra. Es el recorrido inverso al de la primera parte. Esta vez, las primas Gloria y Lilian viajan de Nueva Zelandia al Viejo Continente enviadas a estudiar a un colegio británico.

¿Cómo define sus novelas?

Son una saga familiar. Mis novelas son épicas y no fantásticas. Paso mucho tiempo investigando, tratando de escribir historias auténticas.

¿Cómo investigó la cultura de los maoríes?

Cuando comencé a escribir sobre Nueva Zelandia contacté a una mujer maorí que trabaja en una universidad alemana de etnología. Fue muy interesante, porque me habló de su cultura, desde el punto de vista personal como científico.

¿Siempre tuvo presente escribir los tres libros?

No. No sabía si el primero iba a vender bien o no hasta que estuvo publicado y si la editora querría una segunda parte. Siempre vivo en la novela que estoy escribiendo. No puedes planear una historia familiar de 3.000 páginas, es como las familias en realidad, nadie sabe lo que le depara el futuro y la vida de los distintos miembros se escapa de nuestro control.

¿Cómo resumiría su nueva novela?

La historia tiene lugar en una plantación de azúcar en el siglo XVIII: revueltas de esclavos, huracanes, tragedias personales... Elegí Jamaica porque tiene una historia muy interesante: Granny Nanny fue la única mujer que una revuelta de esclavos. Y me encanta el Caribe. El clima es mucho mejor que el de Nueva Zelandia.

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