Un hombre camina por una calle. Corre. Salta a la azotea de un edificio, entra a una película muda y luego avanza hacia la luna. Todas las posibilidades que la imaginación puede dar son puestas en práctica por Hanoch Rosenn, un mimo anglo-israelita que ha logrado una fusión virtuosa entre su arte gestual y las posibilidades que entrega la animación 3D y el uso de pantallas LED.

Rosenn, quien es apodado el "príncipe de la pantomima", se formó con el mismísimo Étienne Decroux, el padre de la pantomima dramática (y profesor de Marcel Marceau), y que ha recorrido el mundo con sus siete obras, está presentando desde hoy y hasta el domingo en el Teatro Nescafé su obra Speechless!, su séptimo trabajo y donde narra la "historia de un hombre y su viaje por el mundo, el que es el viaje de todos nosotros", como dice.

Y lo hace combinando pantallas gigantes con animación 3D, efectos sonoros y música, junto con el movimiento de su cuerpo, en una puesta en escena que recuerda por momentos lo conseguido en la obra El hombre que daba de beber a las mariposas, de Teatro Cinema. Según Rosenn, la principal dificultad de su montaje fue encontrar el balance correcto entre el arte de la tecnología y el arte puro del teatro. "Tener las pantallas y la animación 3D como "socios" en el show y no como enemigos que están peleando por la atención de la audiencia, fue lo fundamental para mí", explica.

Por ello Rosenn, busca emocionar a la audiencia con las más primarias emociones, las propias del arte gestual. "Yo no digo palabras en el show. Pero apelo a una historia común, cosas que sabemos de nuestra vida, momentos que reconocemos, pensamientos que identificamos, y eso con la historia de un hombre en el siglo 21 tratando de mantener su ritmo de vida, tratando de hacer frente a las demandas de este tiempo. Todos estos momentos de la vida están descritos en un lenguaje físico, lleno de movimientos del cuerpo, con expresiones faciales, danza, teatro y pantomima", explica.

El mimo cuenta que trabajó un año y medio en Speechless!, desde "la traducción de mis ideas y pensamientos a un guión de lenguaje corporal, para luego unirme a mi equipo de creadores: músicos, sonido, vestuario, luces, efectos de escenario y lo más importante, diseño de animación y video". Para él, es importante que las audiencias vean los efectos visuales, pero dejando espacio para la imaginación, fuerza motriz del arte de la pantomima.

"Yo tengo un don. El don de expresarme a mí mismo sin palabras. Y eso quiero compartirlo con toda la audiencia: hacer a la gente reir, pensar, sentir, incluso llorar. La tecnología los sorprenderá pero pronto abrirán sus corazones a las ideas y sentimentos. Si vienen al show saldrán con una sonrisa en sus corazones", remata.

Speechless!, de Hanoch Rosenn
Precios entre $8.000 y $25.000, 20:00 hrs.
Teatro Nescafé, Manuel Montt 032.