Sename: 722 agresiones de menores a funcionarios se han registrado en centros
Cifras corresponden al período de 2010 a la fecha. En el primer semestre ocurrieron 60 ataques. Trabajadores dicen sentirse abandonados y piden apoyo psicológico.

Un celular encontrado tras una inspección al interior de una de las casas del centro San Joaquín, dependiente del Servicio Nacional de Menores (Sename), en Santiago, fue la razón por la cual G.C.A.V., funcionario del centro, fue agredido por un menor internado a cargo del organismo.
“Me golpeó en las costillas, dejándome con contusiones leves, pero importantes. Una costilla quebrada, tuve que pasar a asistencia con sicólogo. Estuve 10 días fuera y psicológicamente con el miedo”. Así recordó el funcionario la agresión, provocada tras encontrar el elemento prohibido y que ocurrió en junio de este año. El educador, que desde hace tres años se desempeña en el centro, agrega que “después que ellos te insultan, te agredan y te amenazan, el temor siempre está latente”.
Episodios violentos como este son frecuentes. Desde 2010 a junio de 2016, según información obtenida vía transparencia por La Tercera, se han registrado 722 agresiones de menores contra funcionarios de trato directo en centros administrados por el Sename.
Una situación más grave fue la que vivió un funcionario en un centro del área de justicia juvenil en Limache: fue apuñalado ocho veces por un menor con una cuchara transformada en un arma. Las circunstancias fueron similares a la del funcionario de San Joaquín. El hecho ocurrió tras encontrar un celular al interior de una de las casas del centro.
En Valdivia, en tanto, en agosto pasado, cuatro funcionarios fueron secuestrados por internos del CIP Las Gaviotas, en Valdivia, por casi dos horas.
Del total de episodios, 463 ocurrieron en residencias del área de Justicia Juvenil del servicio, mientras que 259 en las de protección de derechos. La causa de agresión que más ha afectado a los funcionarios durante este período es la directa, física o verbal, por parte de menores (287); seguida por la de evitar agresiones físicas entre los internos (194); mientras que más atrás están las provocadas cuando se intenta contener y/o calmar una descompensación (174).
Una problemática que ha ido en alza con el transcurso de los años. Esto porque, según las estadísticas del Sename, en 2015 la cifra de agresiones contra educadores llegó a 125, la cifra más alta registrada desde 2010. Mientras que durante 2016 -hasta junio- se han reportado 60 de estos episodios.
En el área de Justicia Juvenil, el centro CIP CRC de Cholchol concentra el mayor número de episodios contra funcionarios (55), mientras que en el ámbito de la protección de derechos, el Cread Playa Ancha lidera las agresiones (70).
Preocupación
Desde el Servicio Nacional de Menores indicaron que “las agresiones a los educadores de centros son muy preocupantes”. Agregaron que los funcionarios “desarrollan un trabajo complejo, que no siempre ha sido visualizado y reconocido, pero que es sumamente importante, porque son quienes tienen contacto directo con los niños, niñas y adolescentes”.
Por eso, desde el servicio explican que están efectuando análisis de los procesos críticos “para mejorar las condiciones laborales de los funcionarios, especialmente de quienes se desempeñan en los centros de protección y de justicia juvenil”.
Alicia del Basto, presidenta de la Asociación de Funcionarios del Sename (Afuse), indicó que una de las causales de las agresiones se debe muchas veces a las condiciones de sobrepoblación que existen en algunos centros, lo que hace que “los jóvenes comienzan a sentirse asfixiados, angustiados y tienen este tipo de conductas”. Agregó que se sienten “abandonados” por parte del Estado y del sistema, ya que “no existe una política de cuidado hacia los funcionarios del servicio” por parte de las autoridades. “Lo que más nos preocupa es que el año pasado hubo un compromiso de la autoridad de generar un plan piloto acá en la Región Metropolitana para poder atender psicológicamente y físicamente a los funcionarios que trabajan directamente con los niños y jóvenes, y eso no se cumplió”, sostuvo.
Del Basto explicó que para un profesional del Sename es muy difícil volver a trabajar cuando se es atacado, muchas veces en el mismo recinto y por el mismo joven. Y añadió que las agresiones “contribuyen inmensamente” al gran número de licencias médicas que se registran en el servicio.
Para el sicólogo y encargado del Area Justicia de la Fundación San Carlos de Maipo, Rafael Rodríguez, es “significativo” el número de estos episodios registrados contra funcionarios, los cuales “nos hablan de la complejidad de los jóvenes con los que tiene que lidiar el Sename. Uno tiene que tener claro que los beneficiarios del servicio, ya sea del área de protección o de justicia juvenil, son jóvenes que han tenido vidas súper complejas a distintos niveles”.
Rodríguez sostuvo que “si queremos disminuir este tipo de estadísticas, y otras que han salido durante el último tiempo, debemos pensar en políticas que sean intersectoriales, donde se involucren otros ministerios y se puedan prestar servicios que sean específicos para esta población, y eso significa hacer intervenciones que cuestan más”.
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