Histórico

Su primera visita en 1993: La noche de un día agitado

Hace 18 años, el ex Beatle conquistó a Santiago con su primer concierto en territorio nacional.

Casi tal como ocurrió con su frustrado paso por Santiago en 2010, el debut de Paul McCartney en Chile también estuvo cerca de naufragar. Corría noviembre de 1993 y luego de una semana de rumores, la productora local Providencia Televisión oficializaba que el ex Beatle cerraría su gira The New World Tour en Latinoamérica, con fechas en México, Brasil, Argentina y Chile, con Santiago como última parada en la región. Pero había un inconveniente: el 18 de diciembre de aquel año, dos días después del día en que se agendó el concierto en la capital, el recinto de Ñuñoa albergaría "La Navidad de los niños", actividad benéfica y masiva organizada por la entonces Primera Dama, Leonor Oyarzún.

Luego de algunos días de debate nacional, fue finalmente la propia señora del ex presidente Patricio Aylwin quien intercedió, y optó por mover la jornada solidaria para fines de diciembre. "Es mejor que esta fiesta se realice cerca de la Navidad. No alcanzábamos a retirar el escenario del concierto de McCartney y a organizar adecuadamente el espectáculo", resumía entonces Pedro Gajardo, director del Bafochi y uno de los organizadores de la actividad. Solucionado el entuerto, la mesa estaba servida para la primera presentación en tierras locales de un ex integrante de The Beatles.

A partir de entonces, la atención se concentró en los detalles del arribo de McCartney, quien por esos días promocionaba con dicha gira el disco Off the ground (1993), álbum que terminó con el silencio discográfico del británico luego de cuatro años y cuyo primer single, Hope of deliverance, sonaba repetidamente en las radios nacionales. El The New World Tour tuvo también su registro oficial, con el lanzamiento -semanas antes de su arribo a Chile- de Paul is Live, disco con canciones en vivo de la gira, cuyo título y carátula intentaban desacreditar el ya extendido mito de que McCartney había muerto en 1966.

Mientras la prensa teorizaba respecto al día en que "Macca" arribaría al país (proveniente de tres shows en Argentina), las notas de prensa de la época destacaban la complejidad técnica que implicaba el espectáculo que traía el artista, así como los requerimientos de su staff a la productora: un médico a disposición de los más de 100 técnicos que contruían el escenario en el estadio; un abogado local ante cualquier requerimiento de la producción y la ausencia de piel animal o productos vegetarianos en el backstage.

Finalmente, McCartney aterrizó en su jet privado en el aeropuerto de Pudahuel el mismo 16 de diciembre, a las 14.45 horas, y pese a que los pormenores de su llegada se habían mantenido en reserva, era aguardado por mucha prensa, fans y algunos representantes locales de Green Peace. Aun cuando no dio declaraciones, el británico llamó la atención por su buena disposición y cercanía -en contraste a "las excentricidades de Michael Jackson", según consignaron medios de la época-, dejándose fotografiar y estrechando las manos de algunos admiradores, mientras se alejaba en una de las dos limusinas que lo esperaban.

Tener en la capital a un ex Beatle no era algo de todos los días, y McCartney cumplió sin reclamar con la agenda de actividades que le aguardaba en Chile. Entre éstas, una reunión en que se le entregó el Disco de Oro por las ventas de su entonces último álbum, y otra con personalidades del mundo de la cultura y las artes, quienes le entregaron la Orden al Mérito Gabriela Mistral. "El poco rato que estuvimos, lo sentí una persona muy grata, un tipo sencillo. Igual que su esposa Linda, ella era encantadora. Me regaló un libro de cocina escrito por ella, que todavía lo tengo, con una dedicatoria que dice 'Jorge, hazte vegetariano'", cuenta el Ministro de Cultura de aquel entonces, Jorge Arrate, quien le entregó la distinción al músico.

Luego que a las 17 horas la producción abriera las puertas del Estadio Nacional,  la gente comenzó a llegar lentamente al recinto deportivo, con el fantasma de que el ex Beatle fuera recibido por un estadio a medio llenar. Según consignan artículos de prensa, en los días previos al show la productora, al ver que no se habían vendido todas las entradas disponibles, decidió rematar las últimas a precios más bajos y con promociones con tapas de bebida, lo que molestó a varios de quienes habían adquirido su ticket al costo original.

Ya entrada la noche, los miedos se disiparon, y cerca de 50 mil personas –entre ellos el presidente Aylwin- ya estaban presentes en el estadio cuando el cantautor nacional Eduardo Gatti, telonero de la jornada, se subió al escenario. A las 22.00 horas en punto, y con las pantallas gigantes instaladas en el lugar mostrando imágenes que repasaban la carrera del inglés, McCartney apareció ante su fanaticada chilena con uno de los clásicos de los Fab Four: Drive my car.

Le siguió un completo recorrido por las diversas etapas de su repertorio: composiciones tempranas de los años The Beatles como Can't buy me love y All my loving; temas más sofisticados del cuarteto como Lady Madonna, Penny Lane y Magical mistery tour;  himnos románticos como Michelle, Yesterday y My love; y éxitos solistas como Jet, Let me roll it y Live and let die, además de canciones del disco que motivó la gira, como Peace in the neighbourhood, Off the ground y la mencionada Hope of deliverance. Incluso, se dio el gusto de bromear con el público, como cuando "le pidió a la multitud que lo acompañara en una última canción, y como el mejor barítono cantó Oh sole mío", consigna un artículo de La Tercera del día siguiente.

Tras cerca de dos horas y media, el artista cerró su recital con Hey Jude, tema coreado profusamente por la audiencia y que obligó a McCartney a volver al escenario para despedirse definitivamente con un "hasta la próxima", mientras los fuegos artificiales comenzaban a llenar el cielo. Era el cierre de la gira End of the world tour y del primer capítulo del romance entre el británico y sus fanáticos chilenos.

¿Vas a seguir leyendo a medias?

NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE

VIDEOS

Servicios