Histórico

Tres mujeres que luchan contra los estereotipos

Una ingeniera civil química, una teniente de la Armada y una operadora de maquinaria pesada entregan su visión de rubros que eran considerados mayoritariamente "para hombres".

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María Isabel Campo, ingeniera civil química: "No tenemos espacios ganados, hay que lucharlos"

María Isabel Campos ingresó en 2008 a trabajar como ingeniera civil en química a la Corporación Nacional del Cobre (Codelco). En esa época, el personal femenino de la empresa era casi nulo.

Ni siquiera había uniformes para mujeres. "Tenía que usar las tallas chicas para hombre", recuerda entre risas. Y agrega que "eso ya no existe. Ahora tenemos todas las tallas y modelos para todas las áreas".

Su inquietud por las faenas mineras comenzaron durante la enseñanza media, "pese a los temores y dudas por parte de mis padres, pero ellos siempre me creyeron capaz".

Y claro, tuvo que demostrar sus habilidades en la práctica. "Una, como mujer, siempre tiene que demostrar lo que es, sus conocimientos y habilidades. No tenemos espacios ganados. No es gratis, hay que lucharlos, pero se puede".

Desde diciembre de 2015 es jefa de unidad en la Fundición Caletones, "y pese a que en una primera instancia los trabajadores más antiguos no creían que iba a durar mucho tiempo en el área operativa, he visto cambios". Por ejemplo, en mi presencia "el lenguaje que se usa es distinto y facilita la comunicación entre los pares".

Macarena Ugalde, tenienta segundo de la Armada: "La institución es siempre un reflejo de la sociedad"

Formó parte del primer curso de oficiales de la Armada de Chile en tener mujeres entre sus filas. Se especializó en artillería y misiles y, como marinera, ha pasado gran parte de sus últimos años en alta mar.

Macarena Ugalde estudiaba Derecho en Valparaíso, cuando a mitad de año se enteró de que "se había abierto el cupo para mujeres (en la escuela de oficiales), sin restricciones, y que podíamos tener una carrera con las mismas proyecciones que tenía un oficial de marina".

Dice que a ella siempre le gustó el estilo de vida de los marinos oficiales, porque "todos los años son distintos. Cada día es un desafío, nuevos lugares y otras personas para trabajar".

En la institución ha pasado por diferentes cargos. Durante el último viaje del buque escuela Esmeralda fue instructora de guardiamarina y le tocó vivir uno de los casos de grabaciones a mujeres, que terminó en la justicia militar y con sumarios internos. "Son situaciones excepcionales, que ocurren en cualquier lugar (...). La institución es siempre un reflejo de la sociedad, tiene todos los medios y políticas para respaldar y asegurar un desempeño normal de las mujeres".

Adela Carrasco, operadora maquinaria pesada: "Uno puede estar en cualquier rubro si te gusta lo que haces"

Adela Carrasco (41) trabaja en las obras de construcción del nuevo aeropuerto de Santiago, que realiza el concesionario Nuevo Pudahuel. Lleva tres meses en la 'faena dura', donde opera maquinaria pesada realizando movimientos de material y tierra. Es la única mujer en toda la obra que realiza ese tipo de trabajo, pero asegura que no siente diferencias cuando está en jornada. "Uno se gana el espacio y tengo varios compañeros que han trabajado conmigo en otras obras, ya me conocían. No he tenido problemas, son todos muy respetuosos. Y en el trabajo soy un igual".

Su primer trabajo lo hizo en las obras de la Línea 3 de Metro y también en la extensión de la Línea 1 hacia Los Dominicos, pero cuenta que quiere seguir aprendiendo: "Me gusta mucho. Aquí hay distintas maquinarias y yo manejo dos o tres, pero me encantaría aprender a usar excavadoras o maquinaria de minería. A mí esto me apasiona, me levanto todos los días contenta. Uno puede estar en cualquier rubro si te gusta lo que haces. Creo que somos capaces de esto y mucho más, una mujer puede hacer de todo y la construcción es un rubro muy bien pagado".

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