Universidades, conductores y usuarios presentan claves para reformar el Transantiago
<div><font face="tahoma, arial, helvetica, sans-serif"><span style="font-size: 12px;"> </span></font></div><div><font face="tahoma, arial, helvetica, sans-serif"><span style="font-size: 12px;">El plan de transportes cumple una década y deberá tener cambios profundos cuando se liciten los nuevos servicios en 2017. La Mesa por un nuevo Transantiago, integrada por expertos, organizaciones de usuarios y conductores, propusieron seis ejes para mejorar la experiencia de viajes de los usuarios y no repetir las fallas del sistema.</span></font></div><div style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: tahoma, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px;"><br></div>

denuncias de los conductores y quejas de los usuarios por mal servicio han marcado este programa lanzado en 2007, por lo que la “Mesa por un nuevo Transantiago” propone cambios al sector.
La entidad está formada por académicos en el área, la Coalición por el Transporte Justo, la Fundación Transurbano, la Confederación Nacional del Transporte de Chile y la Federación Nacional de Trabajadores de Transporte.
Genaro Cuadros, coordinador de la Mesa Social y académico de la U. Diego Portales, afirma que luego de mesas de trabajo con todos los participantes en el sistema hubo acuerdos mínimos. A partir de eso se elaboró una propuesta que será entregada a la autoridad para que sea incluida en los nuevos contratos.
“Estamos convencidos de que un nuevo Transantiago requiere una carta de navegación consensuada entre los actores principales y razonablemente detallada en su listado de acciones”, dice el experto.
Los planteamientos se reúnen en seis ejes. El primero de ellos tiene que ver con la comodidad de los pasajeros, para lo que se plantea que los usuarios puedan participar en el diseño del interior de los buses, de acuerdo a sus necesidades. También se sostiene que se debe establecer un proveedor de vehículos para el reemplazo de la flota en mal estado y que debe haber protocolos de mantención para la revisión técnica de las máquinas.
En esa línea, se señala que se debe asociar la antigüedad y kilometraje máximo de los buses al historial de mantención.
El documento de la mesa también incluye hay que separar al operador de la propiedad de los terminales de buses, con el fin de evitar el control de mercado por parte de algunas firmas ante la escasez de estos lugares. Se añade que el Ministerio de Transportes debe habilitar en la capital puntos de regulación en las calles con instalaciones adecuadas para el descanso de los conductores.
Otro punto se refiere a que deben haber corredores, vías exclusivas y pistas solo buses para el transporte de superficie. Se determina que deberían ser, al menos, 500 kilómetros. Se sostiene que los buses articulados u oruga, deberían circular solo por esas rutas.
En relación a la infraestructura, se plantea que las bases de licitación deben establecer la existencia de zonas pagas de alto estándar en el 5% de los paraderos con mayor demanda y que haya un solo ente encargado de la mantención de las paradas, refugios peatonales, calzadas y aceras.
Una de las áreas más relevantes donde hubo consenso es que debe existir un capítulo especial destinado a los conductores, con el fin de mejorar sus condiciones laborales. Así, se señala que es clave la exigencia de que las empresas publiquen la ejecución de turnos de conducción, lo que permite monitorear las horas que están al volante.
Para mejorar la seguridad de los choferes, la Mesa indica que los choferes deben tener casetas de seguridad herméticas, además de cámaras de vigilancia.
Se asegura que el pago a las empresas concesionarias debe ser por indicadores de calidad del servicio como el cumplimiento de frecuencia y regularidad, lo que permite conocer cuáles son los malos operadores.
Las organizaciones también acordaron solicitar que se modernicen los planes de operación de las empresas, utilizando información sobre la velocidad y la demanda de pasajeros. Otra propuesta se da en torno a que los buses posean itinerarios fijos que puedan ser conocidos por los pasajeros previamente.
La Mesa consideró que los ciudadanos deben conocer con transparencia los indicadores del sistema, por lo que se plantea la creación de una figura de “Observatorio de movilidad” y que exista una Superintendencia del Transporte Público que regule con independencia al sector. Se señaló que también que se deben definir formas de persecución de delitos ligados al transporte como la evasión del pago de pasaje, violencia en los buses, transgresiones a la ley laboral, además de excesos de velocidad de las máquinas.
Los participantes en la Mesa Social del Trasantiago que diseñaron el documento fueron Genaro Cuadros, Director Laboratorio Ciudad y Territorio UDP, Ricardo Hurtubia, Universidad Católica de Chile y parte de CEDEUS; Gonzalo García, Representante Colectivo Muévete; Rodrigo Quijada, Representante Coalición Transporte Justo; Víctor Barrueto, Presidente Ejecutivo Fundación Transurbano; Ricardo Maldonado, Confederación Nacional Unitaria de Trabajadores de Transporte de Chile y Miguel Matus, Federación Nacional de Trabajadores de Transporte.
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