Histórico

Valor de los cimientos heredados

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Señor director:

Estando en Alemania, sentado muy cerca del altar mayor de la catedral de Colonia, sumergido en la imponente arquitectura gótica de esta obra sobrecogedora, llegaron a mi mente, sin querer, pensamientos atingentes a nuestra realidad nacional.

Esa imponente estructura gótica, de 157 metros de altura, fue hasta 1884 el edificio más alto construido en el mundo; tomó 632 años terminarlo y más de 25 generaciones de alemanes trabajaron con tesón y regularidad para conseguir su objetivo. Estando allí, no pude contestar si una obra de esa magnitud hubiera podido erguirse con el consentimiento de todos, en Chile. Todo me hizo pensar que no se hubiera logrado, ya que los chilenos tenemos a flor de piel el infantilismo de no evaluar en su magnitud lo construido por quienes nos precedieron, y creemos cada cierto tiempo que todo lo que se ha hecho con anterioridad está mal y que hay que deshacer lo cimentado para volver a partir.

¿Nos llegará alguna vez la sabiduría de estos pueblos europeos milenarios, que entienden con profundidad que  para  construir  obras de gran  envergadura necesitan unirse, querer lo heredado, corregir lo malo y continuar sobre las bases que con tanto esfuerzo iniciaron nuestros antepasados?

Diego Greene

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