Histórico

Wembley: el imponente coliseo inglés que recibirá a la "Roja"

La casa de la selección inglesa fue reinaugurada en 2007, a un costo de US$ 1.400 millones. Chile la visitará por tercera vez, pero esta será la primera en el remozado recinto.

La noche más épica de Marcelo Salas con la Selección, el 11 de febrero de 1998, cuando le anotó los dos goles a Inglaterra, tuvo al estadio de Wembley como escenario.

En ese instante, el denominado templo del fútbol tenía sus días contados. El recinto, que fuera sede de los Juegos Olímpicos de 1948 y la Copa del Mundo 1966, cerraría sus puertas en 2000, con el fin de levantar un nuevo coliseo. Con una inversión de US$ 1.400 millones, Wembley se convertiría en el estadio más caro del mundo y se reinauguraría en junio de 2007 sobre los mismos terrenos originales, en el noroeste de Londres.

Del viejo estadio donde el "Matador" grabó su nombre, ya nada queda. "Me llamó mucho la atención que el entorno de los camarines era de madera. Los murallones eran de cemento, con un tono medio frío. Eran, sin mentirte, incoloros. Y tenía un pasillo eterno que te conducía del camarín a la cancha", recuerda Nelson Tapia, presente en el 2-0 sobre Inglaterra, en 1998.

La primera edificación, conocida inicialmente como la "Casa del Imperio", fue inaugurada en 1923 por el príncipe Alberto, luego Rey Jorge VI. Y hoy no queda un vestigio de ella; ni las Torres Gemelas de la Puerta Olímpica, hoy reemplazadas por una estatua de Bobby Moore como principal escultura. Ni siquiera los 39 escalones que separaban al campo de juego del palco real, donde recibían los trofeos y medallas los finalistas de la FA Cup. El diseño modificó toda la arquitectura del estadio. Ahora los jugadores deben recorrer largos 107 escalones para recibir sus premios. Además, los camarines fueron reubicados hacia el centro del campo, en la cara norte, a fin de acortar el recorrido a la cancha. Y la sala de prensa, donde concurren los técnicos y jugadores tras cada partido, puede acoger 196 periodistas.

Pero la principal innovación fueron las fachadas externa y, sobre todo, interna. El diseño incluyó un techo de gran luz y parcialmente retráctil, con paneles móviles suspendidos por debajo del arco; cuando la cubierta se cierra, las 90 mil localidades quedan bajo techo. Antes, de los 77 mil asientos, apenas la mitad era protegida por una marquesina fija, sostenida por pilares de hierro que llegaban al piso y molestaban la visión del campo. Hoy nada interrumpe.

La cubierta, en todo caso, no es la única comodidad para el público de Wembley. Los 2.619 toilettes y las escaleras mecánicas para ir a los pisos superiores dejan en claro que el concepto del lugar es la excelencia.

Pero no todo es fútbol, pues se diseñaron nueve restaurantes, entre el segundo y tercer nivel. El más llamativo es Bobby Moore, con capacidad para 1.700 personas. El más pequeño, construido detrás del palco real, recibe a 400 invitados, y por lo general es el elegido para agasajar a las delegaciones extranjeras. Y si desea llevar algún recuerdo, la vieja tienda del estadio fue reemplazada por la flamante Wembley Store, donde encontrará toda la línea de ropa de la selección local, incluida varias camisetas que se utilizaron en los mundiales.

Así está Wembley. Más moderno y coqueto que cuando vino Chile la última vez hace 15 años. Pero una cosa es clara: sigue teniendo la tradición de siempre, esa que lo llevó a ganar para siempre el apodo de "La Catedral".

¿Vas a seguir leyendo a medias?

NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE

VIDEOS

Servicios