Opinión

Argentina: lecciones de una derrota

Argentina: lecciones de una derrota Emiliano Lasalvia / AFP EMILIANO LASALVIA

Dos días antes de la elección del 7 de septiembre, el Presidente Milei anticipó un “empate técnico “. Las urnas lo desmintieron sin compasión: 47,3 % para el peronismo, 33,7% del oficialismo, casi 14 puntos de diferencia. En economía sus números tampoco cierran. La violenta alza del riego país que de 600 puntos base en enero 2025 pasó en septiembre a 1.100 puntos tiene hoy en duda la sostenibilidad de su programa de estabilización.

Los resultados del 7S dejan lecciones para Chile. Por de pronto cautela y no apresurarse a multiplicar elogios a Milei como los de José Antonio Kast que lo definió como un “león que está haciendo historia” o de Evelyn Matthei que afirmó que “lo que han hecho en Argentina la verdad es que nos tiene a todos inspirados”.

Otra lección es la extrema volatilidad del electorado. Hace menos de dos años, Milei obtuvo en la segunda vuelta de la presidencial un 49% en la provincia de Buenos Aires. En tiempos cortos perdió cerca de un tercio de su votación.

Lección especialmente relevante: los estragos sociales y políticos que puede hacer la motosierra. Tanto Kast como Matthei han insistido en reducir fuertemente el gasto público. Kast en US$ 6.000 millones durante los primeros 18 meses de su eventual gobierno. Por su parte, Matthei ha propuesto reducirlo en US$ 8.000 millones durante los cuatro años de gobierno. La experiencia muestra que los recortes terminan siempre perjudicando a los más desvalidos. En Chile, un clásico fue el congelamiento de las pensiones en dictadura que privó a los jubilados del reajuste del 10,6% que por ley les correspondía. En las condiciones actuales, la PGU es una buena candidata a ser el blanco de las rebajas propuestas. Es una medida fácil de poner en práctica, de alto rendimiento por el gran número de involucrados que además ofrece poca resistencia social. Por definición los jubilados no pueden hacer huelga.

Pero la lección más importante es el castigo que sufrió una gestión política basada en la descalificación, el insulto y la polarización. Esa estrategia le permitió a Milei ganar la Presidencia pero no asegura gobernabilidad. El arte de la política consiste en articular fuerzas sin por ello renunciar a la defensa de las convicciones propias. La capacidad y la disposición a construir acuerdos deiera ser un criterio fundamental para determinar una preferencia presidencial. Sin grandes acuerdos Chile no resolverá ninguno de los grandes problemas que lo aquejan. En este plano, destaca negativamente Kast que se ha caracterizado por su aversión a los acuerdos. La demostró en 2019 negándose a suscribir el “Acuerdo por La Paz Social y la Nueva Constitución”. Igualmente, teniendo todas las condiciones para generar un consenso constitucional en el 2023 optó por proponer un texto ultra que retomaba más bien sus obsesiones y para no dejar dudas, su partido fue el único que rechazó un proyecto de pensiones que llevaba más de diez años esperando su aprobación.

Por Carlos Ominami, presidente de Fundación Chile21

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