Asustando a los votantes



Por Juan Ignacio Brito, periodista

Circulan por redes sociales diversas advertencias dirigidas a los electores de derecha: el fin de semana deben votar por los candidatos del pacto Vamos por Chile y no inclinarse por los independientes que, aunque bien intencionados, dispersan el voto y ponen en peligro la “defensa del tercio” para la Convención Constituyente. Sin ese tercio en manos de ellos, aseguran, todo estaría perdido.

Es un argumento que descansa en varias falacias. Primero, constituye una campaña del terror, reforzando una actitud tan repetida como inútil de parte de un sector que no se cansa de infantilizar a su electorado, y que parece confiar más en el miedo que en su ideario y los candidatos que deberían encarnarlo.

Segundo, porque supone que Vamos por Chile constituye la mejor y única defensa del tercio. Si eso fuera verdad, Sebastián Piñera podría, por ejemplo, haber vetado con éxito el proyecto de ley que autorizó el tercer retiro de las cuentas de AFP. Pero no lo hizo, porque lo cierto es que el tercio ha sido vulnerado hace rato por los representantes de Chile Vamos en el Congreso. Por lo mismo, no es razonable sostener con credibilidad que algo similar no vaya a ocurrir en la Convención Constituyente, en especial si uno observa la trayectoria y el perfil de algunos de los candidatos que presenta el pacto oficialista en esta ocasión. De hecho, es posible sostener que la razón que explica la proliferación en la derecha de candidatos independientes que sí entregan confianza a un electorado desencantado es precisamente el hecho irrefutable de que hoy Chile Vamos no es garantía de nada. O sea que con sus cadenas de Whatsapp y mensajes de Twitter, la coalición está tratando de neutralizar un fenómeno que es producto de su conducta errática. Cuando se trata de no asumir las consecuencias de los errores propios, la derecha es insuperable.

Otras voces señalan que Vamos por Chile se ha preocupado de incluir a candidatos de distintas sensibilidades, lo cual permite a los electores de derecha votar por quienes les dan confianza e ignorar a los que, siendo parte de la lista, les despiertan dudas. Pero eso es otra falacia: el sistema electoral permite que los votos individuales contribuyan al total de la lista, por lo que un sufragio por un candidato deseado puede beneficiar a uno indeseable. Al votar por mi candidato preferido A, puedo contribuir a que salga electo B, con quien no tengo afinidad alguna.

Mejor sería que Vamos por Chile confiara en los candidatos que incluyó en sus listas, se preocupe de que sean consecuentes y no recurra, por una vez que sea, a las campañas del terror. Que no amenace a los que quieren jugársela por un candidato independiente que les resulta atractivo y confiable. De eso se trata la democracia, ¿o no?

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