Aunque el comunista se vista de seda



Por Cristián Valenzuela, abogado

“El Partido Comunista de Chile está convencido que la lucha por la construcción de una próspera sociedad socialista (..) continuará siendo impulsada firmemente por quien lo reemplace”, era parte del contenido de la carta que el Partido Comunista envió en 2011 a Kim Jong-Un, por el fallecimiento de su padre Kim Jong-Il. Nueve años después, los comunistas vuelven a sorprender con un comunicado donde, en menos de 7.000 caracteres, defienden con uñas y dientes a Nicolás Maduro, invalidan el informe de las Naciones Unidas y culpan a Estados Unidos de intervencionismo, bloqueo y conspiraciones diversas para tratar de justificar el Estado fallido en que se ha convertido Venezuela.

¿Ha evolucionado algo el comunismo en sus 100 años de existencia? Poco y nada. Sea en 1922, 1946 o 2020, los estatutos y principios del PC siguen sustentándose en las mismas enseñanzas de Marx, Engels y Lenin. Se consideran un partido revolucionario pues, según ellos, solo mediante la revolución es posible extirpar las diferencias de clases y concretar las transformaciones que permitan alcanzar la “próspera” sociedad socialista.

Nada de esto sería relevante si no fuera porque quien encabeza las preferencias presidenciales es el alcalde Daniel Jadue. Aprovechó la división de la derecha en Recoleta para ganar el municipio en 2012 y, en ocho años, ha logrado construir un perfil mediático y popular a través del populismo de las medidas implementadas en el municipio. Jadue ha logrado quebrar el techo de cristal que tenía el comunismo en Chile y se posiciona, a un año de las elecciones presidenciales, como el líder indiscutido de la izquierda en la carrera electoral.

Los sectores más moderados de la izquierda, como siempre, se deshacen en críticas a los comunistas, negando futuras alianzas con ellos y descartan el apoyo a un candidato como Jadue. “Aprendí que la palabra comunismo era una mala palabra” escribió Ignacio Walker, años después de haber incorporado con entusiasmo al PC a la Nueva Mayoría. Si bien Walker, en su versión actual, no ve terreno en común para pactar con los comunistas y asegura que, entre Jadue y Lavín, hay todo un país; es evidente que la ausencia de liderazgos en la izquierda llevará a la DC, una vez más, a aliarse con los comunistas y a comprometer su apoyo para un futuro gobierno.

Hace poco más de una semana se conmemoraron los 72 años del comienzo de la “próspera” sociedad socialista de Corea del Norte que, gobernada por la sanguinaria dinastía de los Kim, solo ha traído muerte, hambruna y miseria para ese pueblo. En Venezuela, más allá del debate político en Chile, Nicolás Maduro seguirá ordenando asesinatos selectivos y la persecución política a los disidentes. En uno y otro caso, las dictaduras seguirán vigentes, con la venia y complicidad del Partido Comunista chileno.

Es de esperar que los chilenos no sean engañados por el espejismo que representa Daniel Jadue y denuncien la ideología criminal que lo sustenta. Como reza el dicho, aunque el comunista se vista de seda, comunista queda, y no hay que esperar que ocurra un milagro en la centroizquierda para salvar a Chile de convertirse en Cuba o Venezuela.

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