Carabineros de Chile: condiciones de posibilidad para una reforma urgente



Por Paula Medina, académica Universidad Central de Chile

En el año 2000, Chile llevó adelante una de las reformas más relevantes de nuestro sistema de justicia: la Reforma Procesal Penal. Palacios (2011), estudiando dicho proceso de reforma, señala que, a su base, se puede identificar una estrategia de construcción de consensos entre el campo jurídico y político, con actores de derecha e izquierda, lo cual brindó la legitimidad que esta reforma requería.

Un elemento adicional, no menos importante, fue el carácter “modernizador” de la Reforma Procesal Penal, que era consonante con el discurso de transformación del Estado, presente en la transición democrática. Así también, la Reforma ofrecía asegurar el respeto de las garantías básicas de las personas, pero también aumentar la eficiencia del sistema penal para enfrentar el “problema de la delincuencia”, del cual la derecha realizaba un uso político contra la coalición de gobierno.

La Reforma Procesal Penal no fue acompañada, sin embargo, de una transformación similar en otros dos ámbitos fundamentales: una ley de ejecución penal y una reforma policial. Sobre esta última, Carabineros de Chile nunca fue reestructurado para responder idóneamente a los principios que informaron tal Reforma. Por el contrario, varias de las modificaciones que se le han hecho a esta -y que han implicado un retroceso o distorsión de sus principios garantistas- han sido justamente para adecuarla a las lógicas pre-reforma de Carabineros, como por ejemplo, el control preventivo de identidad.

La necesidad de una reforma policial integral y consonante con un Estado democrático de derechos, ha encontrado sistemáticamente más barreras que facilitadores, pese a que los hechos recientes y no tan recientes entregan evidencias contundentes de esa necesidad.

A diferencia de lo que ocurrió con la Reforma Procesal Penal, el escenario no es prometedor. La envergadura de la reforma que requiere nuestra policía, no encuentra hoy las mismas condiciones de posibilidad. Muy lejos del consenso político, hoy asistimos a una polarización cada vez mayor de los discursos pro y contra el accionar de Carabineros de Chile. Para una parte de los chilenos, los carabineros se han transformado en todo aquello que condensa la rabia, el abuso y la injusticia. Para otros, Carabineros sigue siendo el baluarte conservador que enarbola los valores patrios, el orden público, la obediencia irrestricta y el progreso social.

La posibilidad de transformación de Carabineros de Chile, hoy está puesta en el núcleo de lo que nos divide como sociedad, donde las visiones simplistas de blanco o negro, o de amigo-enemigo no ayudan, y donde las esperanzas de reforma suponen una compleja tarea de articulación colectiva, social y política, tan trascendental y difícil, como urgente. Si somos capaces de avanzar en un proceso constituyente, con mayor razón debiéramos ser capaces de transformar nuestra institución policial.

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