Chile Vamos y la reforma tributaria

La sorpresiva polémica que esta semana cruzó a Chile Vamos, con ocasión de la fuerte molestia que el presidente de Renovación Nacional dejó traslucir hacia el Ejecutivo -al punto que hizo un llamado al Presidente de la República para abandonar la integración tributaria, por estimar una falta de votos en el Congreso para lograr su aprobación- es ilustrativa sobre la importancia de que las coaliciones funcionen en sintonía y bien cohesionadas, porque de lo contrario pueden caer en conflictos que lleven a su extravío.
Con el correr de los días, tanto el presidente de Renovación Nacional así como el mismo gobierno han buscado bajar el tono de esta polémica; incluso el propio timonel del partido salió a rectificar sus dichos, haciendo un llamado a la oposición para que apruebe esta modernización tributaria con integración, porque ésta supone el "corazón de la reforma", clarificación que resulta valiosa.
El origen de la molestia del presidente de RN estaría en lo que considera un trato poco deferente por parte del Mandatario hacia el partido, o la poca interacción que existiría en La Moneda con la coalición para efectos de sensibilizar las iniciativas legislativas. También llamó la atención las críticas que hizo ver el Mandatario ante la irrupción de Andrés Allamand en la carrera presidencial, aparentemente sin valorar la importancia de que florezcan liderazgos en Chile Vamos.
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Uno de los aspectos bien evaluados durante la instalación del segundo gobierno del Presidente Piñera fue el orden que imperó en la coalición, con escasas y selectivas intervenciones del Mandatario, y un rol mucho más activo de los partidos así como de los ministros de Estado, todo lo cual transmitió la impresión de un conglomerado en sintonía, marcando un nítido contraste respecto de lo que ocurrió en la primera administración, en particular durante su fase final.
Y si bien quienes lideran los partidos tienen sobre sus hombros una responsabilidad crucial en cuanto a buscar que el gobierno funcione eficientemente -donde errores no forzados, como ocurrió en el tema tributario, pueden ser políticamente costosos-, parece indiscutible que es al Jefe de Estado a quien cabe el rol preponderante en mantener a su coalición cohesionada y bien alienada en los objetivos comunes. Eso hace indispensable procurar un buen entendimiento con los partidos e integrarlos mejor en sus decisiones. El propio Mandatario pareció intuirlo muy bien al inicio de este mandato, cuando recalcaba la importancia de liderar una coalición.
Por ello si aún existen dudas o entendimientos poco claros sobre la importancia de contar con un sistema tributario reintegrado, es el Ejecutivo quien debe hacer una labor mucho más activa para convencer sobre su importancia y por qué su aprobación podría constituir uno de los legados más relevantes que podría dejar Chile Vamos. Se trata de volver a un sistema que además de amigable con la inversión -indispensable en el actual contexto de desaceleración-, es por sobre todo beneficioso para los propios trabajadores, pues una mayor carga tributaria finalmente se traduce en menores incrementos salariales o menos oportunidades de empleo.
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