Chile – Perú, una relación de igual a igual

Centro histórico de Lima
Foto: Twitter @MuniLima


En las más de dos décadas que vivo en Perú, y en el mes patrio de mi país (Chile), me motiva escribir esta nota, pues me ha tocado ser testigo de excepción del cómo la relación entre Chile y Perú ha sido objeto de una constante evolución, que le ha permitido robustecerse sin complejos, sin eufemismos, sin desconfianza y sin temores. No la voy a calificar de perfecta, pero sí de perfectible, pues cada vez ambos pueblos siguen desarrollando sus mejores esfuerzos para seguir en la profundización de la misma.

Hoy, Perú y Chile se miran de igual a igual, ambos han logrado posicionarse como atractivos destino de inversión, ambos pertenecen al bloque económico de moda, la Alianza del Pacífico, ambos apuestan por la apertura comercial y la conquista de terceros mercados con su potente oferta exportable, ambos, con mucho éxito han logrado posicionar su marca País, ambos han conseguido con mucha garra y templanza tremendos logros y triunfos que han hecho rugir a un país completo; pero lo más importante, es que ambas naciones han logrado de manera natural, consolidar unos de los principales pilares que ha contribuido a fortalecer la relación bilateral, el pilar socio – cultural.

El pilar socio – cultural, en una relación consolidada en distintos ámbitos, como la peruano – chilena no deja ser menor, pues esta se transforma en la estructura vertebral de soporte para el óptimo desarrollo y continua profundización teniendo como objeto el bienestar de ambos pueblos sin mayores distingos. Entonces, no es casual la agilidad que motiva a los Gabinetes Binacionales presididos por sus jefes de Estado y todos sus ministros en pleno para facilitar cada vez más el acontecer de ambos pueblos.

Hoy, ambas repúblicas que prácticamente se conocen hace un tanto más de 200 años y que estarán condenadas geográficamente a vivir una al lado de la otra, pueden avanzar fraternalmente "sin estar mirándose por el espejo retrovisor", hoy, están convencidas que para seguir creciendo se necesitan.

Merece reconocerse la labor silenciosa de nuestros migrantes, peruanos y chilenos que hicieron con mucho esfuerzo de vuestra patria la suya y que se integraron de pleno en una sociedad que inicialmente pudo haber parecido ajena, pero que después, consecuencia del fenómeno denominado transculturación, lograron que se adoptaran costumbres, tradiciones, sabores y manifestaciones de fe. A propósito, algunas calles de Santiago durante el mes de octubre se ven sobrepasadas de fieles chilenos y peruanos que se postran al ver pasar en procesión la imagen del venerable Señor de Los Milagros al entrar a la catedral de esa capital. Y en Perú, en sus años más cruentos (1985 -1992), donde la oscuridad inundaba los hogares de miles de peruanos, la voz de un reconocido y sencillo periodista chileno se escuchaba en una frecuencia radial, llamando a la tranquilidad y la esperanza.

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