Columna de Alejandra Arratia: Aprendizajes en Chile, una causa país



La Agencia de Calidad de la Educación publicó en junio los resultados del Simce 2022 para 4º básico y 2º medio, en lectura y matemática. Para que esta información sea un aporte a la causa país de la reactivación educativa, tenemos que profundizar el análisis sobre lo que esta medición nos muestra.

En primer lugar, necesitamos ir más allá del puntaje promedio anual y poner atención al logro de los estándares de aprendizaje y su tendencia en el tiempo. Los resultados 2022 muestran que 1 de cada 3 estudiantes de 4º básico (32%) no alcanza el nivel elemental de lectura, mientras que en matemática más de la mitad de los y las estudiantes de 2º medio (54%) no alcanza dicho nivel. Los datos previos a la pandemia mostraban una tendencia similar: en 2018, el 29% de estudiantes de 4º básico no alcanzaba el nivel elemental en lectura (porcentaje que había descendido sistemáticamente del 33% en que se encontraba el año 2014). En matemática, el porcentaje de estudiantes de 2º medio bajo dicho nivel en 2018 era de 46%.

Esta mirada longitudinal es imprescindible para orientar la reactivación educativa, ya que nos muestra la necesidad de innovar en los caminos recorridos y potenciar nuevas estrategias para avanzar con equidad en la mejora de los aprendizajes.

Es clave además que los resultados del Simce estén al servicio de la mejora educativa, para lo cual como gobierno estamos promoviendo la reflexión al interior de las comunidades respecto de cómo progresa el aprendizaje en lugar de los rankings que nada contribuyen en ello; fomentamos la colaboración entre escuelas por sobre la competencia, y el acompañamiento a las comunidades educativas que más lo necesitan, en lugar de sancionarlas por sus resultados.

Con el plan de reactivación educativa avanzamos en esa línea. Un hito reciente que así lo grafica son las jornadas de evaluación del primer semestre realizadas a fines de junio a lo largo del país, donde docentes proyectaron el segundo periodo escolar a partir de evaluaciones externas, pero también con la evaluación interna que día a día realizan en los establecimientos. El plan también provee una serie de recursos y apoyos para monitorear y acompañar el aprendizaje de los y las estudiantes, que han sido diseñados en colaboración con diversos actores y mirando la evidencia y experiencia internacional.

Sabemos que la magnitud del desafío requiere aún más esfuerzos. Como Ministerio encabezamos esta responsabilidad, y estamos trabajando para sumar voluntades y miradas a esta tarea. Las recomendaciones recientemente entregadas por el Consejo para la Reactivación Educativa sin duda serán un aporte sustantivo para seguir avanzando hasta el 2030 en la mejora de aprendizajes y desarrollo integral de los niños, niñas y jóvenes. Porque si la educación avanza Chile también lo hace. Eso es y debe seguir siendo una causa que nos una como país.

Por Alejandra Arratia, subsecretaria de Educación

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