Columna de Elisa Araya: La impostergable necesidad de una carrera docente atractiva



En los días recientes tuvimos buenas noticias en educación, el aumento de postulantes a las carreras de pedagogía durante el proceso de admisión 2023 significó una ventana, después de una baja permanente y sostenida del interés por estudiar pedagogías. Un 83,1 % de los seleccionados en carreras de pedagogía postuló a esta carrera dentro de sus tres primeras preferencias y un 58,6% de los seleccionados postuló a pedagogía como su primera preferencia.

Las postulaciones se concretaron en matriculas efectivas, recuperando dos años perdidos por la pandemia, en un país que pronostica un déficit de 33 mil profesores y profesoras para el 2030.

El aumento de estudiantes de pedagogía es una lluvia después de años de sequía, pero para que la siembra germine, las precipitaciones deben ser permanentes en el tiempo. No existen soluciones milagro para el tema de la educación, es un trabajo de larga data y es importante que Chile declare como prioridad nacional la educación.

Colocar como meta país que en el plazo de una década, la sociedad chilena en su conjunto, piense cómo quiere su educación y que el país comprenda que la educación es la llave maestra para el desarrollo. No hay otra salida del subdesarrollo, y en esto la experiencia comparada nos entrega múltiples referentes.

Los problemas de la educación nos acompañan por varias décadas, fueron anunciados por los escolares el 2006, por los estudiantes universitarios el 2011 y la pandemia solo vino a ratificar el deterioro en todas las dimensiones: la desigualdad en el acceso al conocimiento y las condiciones para el aprendizaje; contenidos de enseñanza poco significativos; deterioro en la convivencia escolar, déficit en infraestructura, y la gran deuda en la formación de profesores.

Es por ello que requerimos un enfoque pedagógico que busque la integración de elementos esenciales de saberes que se pongan al servicio de la comprensión global del conocimiento y de la relación del escolar con el mundo, abordando los contenidos emergentes, a partir de los intereses que surgen en la propia vida de los escolares y su entorno.

Es fundamental generar capacidades en las comunidades educativas, principalmente en las y los profesores, a fin de abordar colectivamente el currículum, mediante la transversalidad, flexibilidad, contextualización, integración y multidimensionalidad del aprendizaje en cada nivel educativo.

No hay duda que la educación y la cultura son herramientas clave para hacer frente a las desigualdades y son también catalizadores de desarrollo. Los niños en todo el mundo tienen que ir a la escuela a aprender a leer, a escribir y a formarse. Es un derecho irrenunciable, tan vital como el agua y la comida.

Asimismo, el promedio general de retención al primer año en las universidades estatales es de 86,3%, cifra superior al resto de las Instituciones de educación superior, según información del CIES 2021, por esto es fundamental seguir poniendo el foco en la retención de estos profesores y profesoras, para que no escapen del sistema educativo y que este, por el contrario, les ofrezca a los jóvenes chilenos una carrera atractiva que los motive a dedicar su vida a la educación.

La solución pasa por una política pública sostenida y ambiciosa, que motive a los jóvenes a dedicarse a la educación, pero también a mantenerse en ella, y eso no solamente significa un impulso en la matrícula, sino que también una carrera docente atractiva, que la gente se sienta reconocida no solo por el salario, sino que también por la valoración social.

Como universidad pedagógica- la única dedicada en su totalidad a impartir carreras de pedagogía- hemos aceptado el desafío de ser rigurosos en un proceso de formación de excelencia, generando condiciones que posibiliten una trayectoria formativa enriquecedora de las y los jóvenes, para que lleguen motivados y felices a trabajar a las escuelas y liceos, y logren el objetivo final de transformar la vida de las personas, no solo entregando conocimientos sino que siendo seres significativos en sus vidas.

Por Elisa Araya, rectora de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE)

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