Columna de Francisco Jiménez: Bienvenido 2023, un año de oportunidades

Andres Perez


¿Cómo cree usted que vendrá este 2023? Personalmente, soy de los que mira cómo estará el clima para decidir cómo vestirse. Es que con el clima nada se puede hacer, viene dado y cada vez los pronósticos son más acertados.

En estos días de recuento y proyecciones, parecen ir ganando terreno quienes pronostican un año malo, siendo frecuentes las citas económicas a indicadores recesivos que afectarán la calidad de vida de los chilenos, las referidas a escenarios políticos confrontacionales, las sociales a temas de delincuencia desatada, y tantas más, pero a diferencia del clima, en este caso cada uno sí puede contribuir a que estos pronósticos económicos, políticos y sociales, sean menos malos y eso hace toda la diferencia.

Durante el reciente Congreso de empresarios cristianos desarrollado durante octubre en Roma, el Papa destacaba el carácter creativo de la actividad emprendedora y empresarial, y nos llamaba a usar esa creatividad para enfrentar los desafíos del mundo, principalmente la creación de nuevos y mejores puestos de trabajo y a pensar una economía diversificada, más justa y siempre al servicio del hombre.

Los empresarios, ejecutivos y emprendedores estamos llamados a mirar con profesionalismo, seriedad y realismo estas estimaciones y, a partir de una reflexión profunda, discernir respecto de cómo pueden afectar nuestros negocios. No obstante, la actitud creativa a la que se refería el Papa, es a mirar estas proyecciones buscando oportunidades con una mirada optimista y al mismo tiempo prepararnos para generar las condiciones necesarias para capturar esas oportunidades. Las oportunidades no se generan de forma espontánea, es necesario que cada uno ponga de su parte para moverse coordinadamente hacia el bien común.

Si nos preguntamos qué necesitamos este 2023 para alcanzar mejores condiciones de oportunidad para nuestro país, en todo ámbito, seguramente entre lo más importante estará la generación de confianza.

En efecto, cuando las empresas generamos mejores condiciones de participación y comunicación interna, con estructuras más horizontales y actividades de trabajo colaborativo, se derriban mitos y prejuicios, y se construyen las confianzas. Este mismo ejercicio debe hacerse entre la sociedad civil y el Estado, no podemos estar en lugares separados, hay que buscar los encuentros. Es muy importante ir desarrollando una cultura de encuentro, en todos los estamentos de la sociedad, incluida la empresa, vista como comunidad de personas.

Al mundo del trabajo y la empresa los desafíos económicos, políticos y sociales no le son ajenos. Es en estos tiempos donde hay que poner más esfuerzos en cultivar una cultura del encuentro: “la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro”. El Papa Francisco invita a mirar “el modelo del buen samaritano” y nos mueve a retomar “nuestra vocación de (...) constructores de un nuevo vínculo social”, “un llamado” que mueve a “que la sociedad se encamine a la prosecución del bien común y, a partir de esta finalidad, reconstruya una y otra vez su orden político y social, su tejido de relaciones, su proyecto humano” (Fratelli tutti, 66).

En este sentido, el Acuerdo por Chile, avanza en la dirección correcta de buscar confianza y siembra esperanza de una mejor política. Esta cultura de encuentro necesita de nuestra actitud abierta y constructiva, primero necesitamos involucrarnos conscientes de que somos necesarios y que la suma de acciones de encuentro es lo que genera la transformación social hacia la confianza y a que el 2023 sea mejor de lo esperado. Bienvenido 2023, año de oportunidades.

Francisco Jiménez Ureta, Presidente USEC, Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.