Columna de Juan Ignacio Brito: Como pecas, pagas

(Photo by Martin BERNETTI / AFP)


Para los católicos, el martes santo es conocido como “el día de la controversia”, porque durante él Jesús debió enfrentarse a sus acusadores religiosos y políticos. El Presidente Boric, quien durante la campaña señaló leer los evangelios, quizás reflexionó sobre la controversia que enfrentaba el martes cuando su gobierno presentó de manera sorpresiva un proyecto alternativo que deja contentos a pocos para el retiro condicionado de fondos previsionales. Tras sopesar los riesgos económicos de un quinto retiro y los peligros políticos de oponerse al mismo, el Ejecutivo concibió un engendro para quedar bien con Dios y con el diablo. Como suele ocurrir en estos casos, sin embargo, el daño puede ser severo.

Aunque en lo inmediato la improvisación quizás le permita salir del paso, en el mediano y largo plazo La Moneda y el país tienen mucho que perder. El Ejecutivo está apaciguando al Congreso y a su coalición al tiempo que claudica ante el “parlamentarismo de facto”. Pero el appeasement no dejará satisfecha a la bestia, que vendrá por más. En lugar de enfrentarla, el gobierno le ha quitado el bulto al conflicto. Si había un momento para arriesgar capital político y buscar un enfrentamiento decisivo con el “discolismo”, era ahora, cuando el Ejecutivo recién se estrena y conserva aún algo de la mística de la instalación. Mañana no solo será tarde; será imposible. ¿No aprendieron las actuales autoridades de lo que le sucedió a la administración anterior?

La Moneda le ha propinado un golpe al ministro de Hacienda, considerado garantía de seriedad y responsabilidad técnica. Lo que parece quedar claro hasta aquí con este episodio en desarrollo es que Mario Marcel servirá como muro de contención apenas en la medida de lo posible. El problema es que eso resulta insuficiente cuando se trata de evitar desbordes como los que presenciamos.

La economía atraviesa por momentos difíciles. La “estanflación” ya comienza a insinuarse, lo que augura una caída en la calidad de vida de las personas. Situación que, sin duda, abrirá el camino para nuevas propuestas de retiro desde los fondos previsionales por parte de parlamentarios que quieran “aliviar el sufrimiento de la gente”. ¿Cómo pretende evitarlos este gobierno, si ha dejado abierta la puerta?

Lo que les está ocurriendo a las nuevas autoridades constituye una lección de humildad. Hace unos meses, durante la campaña presidencial, los diputados Boric, Jackson y Vallejo votaron a favor del cuarto retiro. “Mi compromiso está con la gente y sus necesidades”, se justificó el primero. Hoy, vueltas de la vida, están en la vereda opuesta y sufren las consecuencias. Ahora que estamos en Semana Santa, se aplica como nunca el refrán: como pecas, pagas.

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