Columna de Pablo Allard: A un Metro del metaverso

Ambiance Of Mobile World Congress 2022 Barcelona


El jueves pasado, en el marco del Congreso Futuro 2023 #SinLímiteReal, se inauguró en la estación Baquedano de Metro la activación “Módulos de experiencia Metaverso”, una serie de estands donde con lentes de realidad virtual cualquier persona podrá conectarse y explorar un adelanto de lo que será la vida en el metaverso.

El metaverso es un espacio de encuentro colaborativo de entornos virtuales y mundos 3D renderizados en tiempo real, de escala masiva e interoperable, que pueden ser experimentados de manera sincrónica y persistente por un número ilimitado de usuarios, con un sentido de presencia individual (multisensorial) y continuidad de datos, tales como identidad, historial, derechos, objetos, comunicaciones y pagos.

El metaverso no es una moda temporal, tampoco un juego o universo paralelo, sino una nueva realidad en que los límites entre nuestro mundo físico y digital se están difuminando e integrando. Y se trata de un futuro presente, ya que se estima que será un mercado de hasta 13 billones (trillions) de dólares, con más de cinco mil millones de usuarios a fines de esta década. Gracias al avance y convergencia de las redes de inteligencia artificial, computación de avanzada, protocolos de blockchain, la realidad virtual y realidad aumentada, potenciados con la llegada del 5G, nuestro país estará a la vanguardia del sur global para adentrarse en el metaverso y la denominada Web 3.0 o Internet de tercera generación. Una nueva realidad que transformará la forma en que vivimos cotidianamente, impactando en todas las industrias, desde la minería y la banca, el comercio minorista y la publicidad, hasta el arte, la educación y el entretenimiento.

Entre las áreas en que más se ha avanzado en Chile se encuentra la minería, donde gracias a la creación de gemelos digitales de los yacimientos y la automatización de faenas se optimizará la producción de manera exponencial. Lo mismo en el ámbito de la arquitectura y el urbanismo, donde no solo podremos vivir experiencias inmersivas en mundos y espacios hasta ahora imposibles de construir, sino que además viajar en el tiempo y adelantar escenarios para mejorar los sistemas urbanos de transporte, infraestructura o servicios, ante cambios de demanda, conflictos o desastres socioambientales. Los estudiantes de medicina ya practican complejas cirugías en avatares que reducen el riesgo de error, y los ingenieros mecánicos ejecutan mantenciones siguiendo instrucciones en tiempo real que aparecerán sobre la misma máquina en que están trabajando, reduciendo ciclos de aprendizaje. En el ámbito legal, el metaverso es también una capa social y de propiedad en Internet, que proporciona una identidad soberana, conectando personas, lugares y cosas, y que garantizará la autenticidad y la cadena de títulos (propiedad) a través del tiempo y el espacio vía blockchain.

Si lo que ha leído hasta ahora le parece ininteligible, le invito a visitar la muestra, que estará iterando entre las estaciones Baquedano, Pedro de Valdivia, Los Leones y Tobalaba hasta el 21 de enero.

Por Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura UDD