¿Cómo tener energía durante la noche?

Inauguran planta fotovoltaica mas grande de la Región Metropolitana


Por Ronald Fischer, académico Ingeniería Industrial, U. de Chile, e investigador ISCI

Pese a las lluvias de este año, el cambio climático hará que la Zona Central sea cada vez más seca y calurosa. Aminorar el calentamiento global requiere que los países adopten estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Es la razón por la que Chile adoptó compromisos de carbono-neutralidad al año 2050. Esto no significa que desaparezcan las actividades que emitan carbono, sino que se compensan con otras, como la reforestación que captura carbono. Este esfuerzo no reparará el daño que seguirá produciendo el exceso de CO2 en la atmósfera, debido al uso de combustibles fósiles desde la revolución industrial, pero se puede dejar para más adelante establecer metas carbono negativas, que reduzcan el CO2 atmosférico.

Los planes nacionales de descarbonización son viables, porque tenemos condiciones óptimas de irradiación solar y no escasean otras fuentes renovables no convencionales, como el viento o la geotermia, aunque el costo de desarrollar esta última la hace poco competitiva. La energía renovable no convencional ya representa un 20% de la generación eléctrica anual, porcentaje que aumentará rápidamente. Pero la demanda eléctrica aumentará más rápido que el crecimiento del producto, porque muchos procesos productivos y de transporte mutarán a eléctricos, como ocurre con los buses en Santiago.

Surge entonces la pregunta de qué hacer durante la noche. Si solo usamos fuentes renovables, ¿cómo reemplazar la energía que no producen las plantas solares? En invierno, el sol genera electricidad entre las 8:00 y las 17:00 horas. Otras formas de generar electricidad tendrán que aumentar su producción nocturna, pero esto no será fácil en el futuro. No habrá generación térmica y la generación eólica no se puede aumentar a voluntad. La disponibilidad de energía hidráulica está dada por la capacidad de las centrales de embalse, centrales de pasada y la de futuras plantas de bombeo -como el proyecto Valhalla-, pero no será suficiente. Con la tecnología actual tampoco es posible usar baterías, pues su costo sería gigantesco. Exportar para luego importar electricidad no resolverá el problema: los demás países de la región estarán en condición similar. Otra opción es usar energía solar para producir hidrógeno, a partir de agua de mar, exportando parte de la producción y usando el resto para generar electricidad limpia durante la noche. Dependiendo del costo de producción del hidrógeno, esta podría ser la alternativa para proveer energía nocturna sin utilizar combustibles fósiles.

En un país sumido en la pandemia, el tema puede parecer irrelevante. Pero las pandemias se terminan, a diferencia del cambio climático, cuyos efectos podrían ser permanentes. La protección de nuestros descendientes requiere acciones para detenerlo, y más adelante, para volver al clima de mediados del siglo XX.

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