Consejo Nacional de Medios

SEÑOR DIRECTOR
La libertad de expresión es demasiado valiosa como para tirarla por la borda. El libre debate de las ideas, la posibilidad de contraargumentar y sopesar de acuerdo a los razonamientos las distintas visiones de la realidad, son parte de la esencia de la democracia. Los medios de comunicación son quienes tienen la delegación tácita de poner al corriente a los ciudadanos de los acontecimientos y las opiniones, consagrando con ello su derecho a la información. El lunes, convencionales constituyentes abrieron un flanco que la amenaza, al proponer un Consejo Nacional de Medios de Comunicación, encargado de velar por el correcto funcionamiento de todos los medios de prensa. Se trataría de un organismo autónomo, con personalidad jurídica de derecho público, representativo de los diversos tipos de medios.
Nuestro sistema de prensa ya tiene suficientes mecanismos para regular los excesos que naturalmente se pueden dar en este ámbito. ¿Por qué incorporar en la Carta Magna uno nuevo? ¿Por qué dejar disponible un tentador instrumento para el control de la prensa? Países como Venezuela en 2005, Nicaragua en 2020, Filipinas y Malasia nos llevan la delantera. ¿Están hoy esos países más protegidos de los excesos de la prensa, o más bien a merced de la ideología dominante? El excesivo celo por proteger los derechos ciudadanos puede dar un resultado contradictorio, propiciando la censura y la autocensura de los medios para no verse expuestos a las sanciones que podrían terminar por sacarlos de circulación. Esto sería una dura pérdida para la democracia.
Marcela Lorca A.
Académica Periodismo UDD
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