Después de Uber

En momentos en que el Ejecutivo ingresó al Parlamento una indicación sustitutiva al proyecto de ley que regula las plataformas de transporte como Uber o Cabify, recomiendo adelantarnos a los otros desafíos que este tipo de aplicaciones traerán a futuro. ¿En qué otras industrias y servicios urbanos se puede esperar semejante arremetida de tecnologías disruptivas y economía compartida?
Una de las más visibles han sido los espacios de co-work. Ahora que gran parte de las transacciones bancarias se realizan online, bancos como Santander están reconvirtiendo sus sucursales en work-cafés. En el caso de la hotelería, aplicaciones de vivienda compartida como www.Aribnb.com han puesto en alerta a vecinos de edificios que están modificando sus reglamentos de co-propiedad para evitar que sigan circulando en sus propiedades extraños errantes. Ciudades como Nueva York incluso prohibieron el funcionamiento de Airbnb, por el impacto en la recaudación de impuestos más que por proteger su industria hotelera.
Ante esas restricciones, ya comienzan a surgir nuevos modelos, como www.welive.com, una especie de club que según su lema Si te mudas por unos meses, o solo un par de noches, welive será tu hogar mientras lo necesites. Otro emprendimiento disruptivo es www.bluecrates.com o la mejor manera de guardar las cosas que no necesitas todos los días. Es así como por 10 dólares al mes te entregan una caja plástica azul equivalente a dos cajones de cómoda, ofreciendo además un inventario online y el derecho a que te lleven la caja una vez al mes en forma gratuita.
Finalmente, desde España llega www.lacolmenadicequesi.es, una cooperativa digital que permite comprar alimentos de calidad directamente a los productores y elaboradores locales. La diferencia con la feria libre o el hipermercado es que te contactas directamente online con los productores de alimentos, verduras, panaderos o cerveceros artesanales de tu barrio o pueblo; negocias directamente el precio, haces tu pedido, y cada semana La colmena se reúne en el mismo espacio, donde recoges tu pedido. En un país que es potencia alimentaria, y a la luz de los escándalos de colusión y demandas por comercio justo de la leche, este tipo de plataformas tienen espacio para crecer en Chile.
Después que se legalice Uber -y ahora que se estableció el pago de impuestos para estas aplicaciones-, todavía está pendiente el cómo reaccionarán la industria del bodegaje, ferias libres, supermercados y tantas otras industrias que -al igual que los taxistas y legisladores- serán sorprendidos y sobrepasados por estas nuevas prácticas urbanas emergentes.
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