El agua



Por Paula Walker, profesora de la Escuela de Periodismo Usach

Una experta en cambio climático decía que las personas tienen como creencia que el fin del mundo será un evento violento y explosivo, súbito. Sin embargo, agregaba, todo indicaría que nuestro fin como planeta será agónico, caluroso, lento. Se irán secando los prados, los árboles, las plantas, los bosques. Hasta nuestros bosques esclerófilos, resistente a la falta de agua, están sucumbiendo a la sequía que arrastra Chile hace 12 años.

Llueve menos. La temperatura ha subido y la nieve dura poco. En 1980, según los números de la Dirección Meteorológica de Chile, cayeron 320,8 mm medidos en la estación de Quinta Normal, Región Metropolitana. En 2019, la misma estación registró 82 mm; en 2020, 187 mm y en 2021, 113 mm. En promedio, en estos 3 años sólo hubo 22 días donde cayó el agua. Vivimos una sequía que golpea prácticamente a todo el país, incluso a la región de Los Lagos y de Los Ríos.

Las películas han retratado el valor estratégico del agua desde hace años. En 1974 en Chinatown, film protagonizado por Jack Nicholson y Faye Dunaway (que se iba a llamar Agua y Poder) se abordaba el oscuro mundo del poder en torno a los dueños del agua en la ciudad de Los Ángeles, a propósito de que Nicholson investigaba la infidelidad del marido. Cuarenta años después, en 2015, se estrena Mad Max, Furia en la Carretera, ambientada en una tierra desierta donde quien tiene agua y gasolina ejerce el poder.

El agua es el origen de todo. Tenemos 101 cuencas hidrográficas, más de mil ríos, más de 12 mil lagos y lagunas, más de 24 mil glaciares y 137 acuíferos. La mitad se encuentra bajo restricción según la Dirección General de Aguas. Sin embargo, en Chile los derechos de agua están en manos de privados y se adquieren desde la más alta cumbre de la cuenca hidrográfica hasta prácticamente la playa. Allá donde nace el agua, cuando hay emergencia, se sientan los dueños de esos derechos a ver cómo hacer para no dejar de tener su agua, y en esa mesa no hay asiento para las autoridades de turno, el estado y/o la ciencia. El sector industrial que más agua consume en el país es el agrícola, con un 72%. Le sigue el consumo de agua potable con 12%, un 7% consumo industrial y un 4% consumo minero, según la DGA.

Este tema ha sido prioritario en la discusión constitucional. Se busca que el agua sea un bien público, pero tomará tiempo implementar lo que ahí se decida. El nuevo gobierno deberá enfrentar una situación crítica que dependerá de las lluvias que traiga este invierno, pero también de la gestión que hagan las nuevas autoridades. Un estudio del Banco Mundial de 2013 determinó que la institucionalidad para la gestión de agua en Chile tiene severos problemas: falta de integración de la información generada por las instituciones involucradas; no están delimitadas ni coordinadas las funciones entre esos organismos y la ausencia de una autoridad política superior, entre otras. El informe propuso (hace 9 años) la creación de una Subsecretaría de Recursos Hídricos o del Agua como parte del Ministerio de Obras Públicas, o una Agencia Nacional del Agua autónoma. El tiempo corre.

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