El riesgo de la IA



SEÑOR DIRECTOR:

Si han tenido la oportunidad de hacer uso de ChatGPT de OpenIA o ahora su primo BARD de Google, impresiona la capacidad de dar respuesta a las interrogantes, conversaciones y solicitudes que cada usuario puede realizar. En los próximos meses, Microsoft liberará una solución que se llama Copilot, que permite integrar ChatGPT a sus aplicaciones de Office365 como Word, Excel y PowerPoint. Pero, ¿qué significa esto para el usuario común? Bueno, esa es una de las grandes interrogantes que tiene a los empresarios de Silicon Valley y al mundo científico preocupado.

Cuando Musk o Harari son parte de una carta pidiendo controlar la velocidad de desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), uno se debe preguntar qué es lo que están proyectando. En la misiva ya firmada por miles de empresarios y académicos, se apunta a que esta tecnología todavía es muy vulnerable y donde la falta de políticas y protocolos la hacen una herramienta peligrosa. Para llevarlo a un ejemplo más concreto, digamos que esta tecnología fuera nuevo combustible de automóvil, más económico y eficiente, pero cada compañía lo está fabricando con las mezclas que prefiere y algunas de ellas pueden ser explosivas en ciertas condiciones.

En esta carrera de la IA, al menos desde Chile somos observadores del proceso y su evolución, pero es importante estar atentos a estas definiciones y sus posibles efectos.

Mario Herane

Vicerrector de Asuntos Globales y Desarrollo

Universidad Mayor

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