Opinión

El triplete puede no ser suficiente

El triplete puede no ser suficiente Andres Perez Andres Perez

A pocos días de las elecciones presidenciales y parlamentarias, ya nada queda por decir: solo queda decidir.

La mesa parece servida para la derecha. Todo indica que el candidato de ese sector que pase a segunda vuelta —con mayor o menor dificultad— será el próximo Presidente de la República. Y en ambas ramas del Congreso se proyecta una mayoría opositora. Eso, en jerga futbolística, sería un “triplete” (hat-trick). Sería histórico.

Sin embargo, ello no da certeza de recuperación de la seguridad, el crecimiento y la libertad en sus diversas expresiones: ello depende de quién pase a segunda vuelta, pues no todos garantizan por igual la gobernabilidad, más allá incluso de las complejidades del actual régimen político, que han impedido la existencia de gobiernos efectivos.

La eventual mayoría del nuevo Congreso no será homogénea. El bloque Chile Vamos/Amarillos/Demócratas, será al menos equivalente sino mayor que el republicano/libertario. Así, ni Matthei, ni Kast, ni Kaiser tendrá el control del poder. Este escenario nos lleva a reflexionar sobre cuál alternativa ofrece garantías de gobernanza. ¿Quién puede articular acuerdos y cumplir el programa, incluso considerando a la futura oposición que, aunque minoría, sigue siendo parte del país y debe ser oída, como en toda democracia?

Para responder, corresponde examinar las diferencias de pensamiento y estilo político de los candidatos. En sentido amplio, todos pertenecen a la derecha. Pero, si profundizamos, advertimos que en Kast y Kaiser la autoridad se ejerce sin restricciones considerando la inseguridad pública y su agenda valórica es integrista —aunque Kast la haya ocultado esta vez por conveniencia electoral—, mientras que en Matthei la idea de una sociedad libre se ejerce con vigor, dentro de los marcos del orden y la justicia, con una aproximación más liberal en lo valórico.

También difieren en su modo de hacer política. Matthei valora el acuerdo y la incorporación de distintos sectores como un camino de estabilidad; sus contrincantes prefieren la imposición de sus convicciones, evitando pactos mientras pueden, para instalar su propuesta. Lo de ellos puede ser más eficaz; lo de ella, más perdurable y pacífico.

Existen diferencias entre Kaiser y Kast, sin duda, pero son de grado, no de fondo. Kaiser tiene poco recorrido; Kast ha aprendido de sus errores, como los cometidos en el segundo proceso constituyente, cuya conducción terminó en una derrota por su responsabilidad. La pregunta entonces es: ¿quién tiene mayor experiencia y equipos para gobernar? Todo indica que Matthei.

De este somero análisis se desprende que la opción por una mayor pureza ideológica e innovación política favorecen a Kaiser o a Kast, este último con más espalda. Pero si lo que se busca son cambios con estabilidad e integración social, que trasciendan un período de gobierno, el proyecto de Matthei compromete logros duraderos, inclusivos y armónicos, avanzando con firmeza hacia un nuevo orden de cosas.

Pensando en Chile, mi voto será por Matthei (Jara no es opción: nunca un PC). Pero, ahora habla la ciudadanía.

Por Hernán Larraín, abogado y profesor universitario

Más sobre:EleccionesderechaPresidente de la RepúblicaCongreso

La mejor información para estas elecciones🗳️📰

Plan digital$990/mes SUSCRÍBETE