El estrecho corredor de Chile

Mientras sucedía el 18-O leía el libro de Acemoglu y Robinson "The Narrow Corridor" (complemento a su libro "Why Nations Fail"). La hipótesis central es que sociedades que garanticen libertad, equidad y prosperidad son fundamentalmente inestables y operan en un "estrecho corredor", donde se equilibran un Estado capaz y una sociedad civil activa. La sociedad civil empuja al Estado a respetar y expandir sus derechos y limita al Estado para que no se sirva a sí mismo. A su vez, las instituciones estatales ayudan a la sociedad para asumir deberes, resolver conflictos y potenciar la colaboración. Eso requiere un Estado impersonal, inclusivo y capaz.
Esta tensión creativa es la que lleva a la prosperidad, pero genera conflictos. Hay varios ejemplos donde la sociedad civil ha protestado de un modo similar a lo hemos visto en Chile. Pensemos en la lucha por los derechos civiles en EE.UU., sus cambios institucionales y la prosperidad que esto generó (mayor equidad y crecimiento económico al aprovechar talento perdido, como documenta Hsieh et al, 2019).
Todo se juega en cómo el Estado es capaz de responder a estas tensiones. Las sociedades que se mantienen en el estrecho corredor resuelven estos conflictos mejorando sus instituciones. Así, los autores argumentan que la crisis institucional de Chile que condujo a la dictadura militar es justamente un ejemplo de no saber manejar bien resolver el conflicto. Resolución que implica ceder y llegar a acuerdos entre grupos, hacer cambios, avances, pero hacerlo desde las instituciones.
¿Qué pasa hoy? En esta tensión creativa entre sociedad e instituciones, las instituciones no dieron el ancho y la sociedad se levantó. Había muchos antecedentes (que poca gente vio): descontento, desigualdades, bajísima confianza en todas las instituciones, abusos desde los sectores privado y público, y una larga lista. Junto con una elite política, económica e incluso de algunas ONG que está muy lejos de la mayoría de las personas. Vive en otros lugares, va a escuelas diferentes y con "normas de conducta" que no ayudan a la inclusión (como el peso desmedido que se da a colegios y contactos en diversas esferas).
¿Por dónde salir? El libro presenta ejemplos exitosos. Todos implican negociaciones donde se cede y se llega a acuerdos: cambios institucionales y de políticas que recogen y formalizan demandas de la sociedad civil, pero que se hacen vías las instituciones y no fuera de ellas. Cambios importantes de normas también en la elite. Descentralización de poder efectivo a los territorios locales. Ojalá que podamos darnos cuenta (como sucede en casi todas las cosas) que no somos los primeros (ni seremos los últimos) en enfrentar este tipo de desafíos. Busquemos ejemplos y apliquémoslos. Esto implica ceder y canalizar las demandas de modo institucional. Ojalá no nos salgamos de este estrecho corredor (de nuevo).
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