¿Ha escuchado hablar de Cipec?

Foto: Mario Téllez / La Tercera


Por Gonzalo Islas, decano de la Facultad de Ingeniería y Negocios Universidad de Las Américas

Si la respuesta es no, no se preocupe. Probablemente solo un puñado de personas en Chile conoce o recuerda a esta organización. CIPEC es el Consejo Intergubernamental de Países Exportadores de Cobre, formada en 1967, contaba inicialmente con la participación de Chile, Perú, Zaire y Zambia. Sus objetivos eran promover el desarrollo económico de sus miembros y coordinar medidas que elevaran los ingresos reales de las exportaciones de cobre. Su origen y objetivos eran muy similares a los de la mucho más conocida OPEP. Sin embargo, a diferencia de la OPEP, los intentos de CIPEC por controlar el precio internacional del cobre no resultaron exitosos: la elasticidad de la demanda de cobre es más alta y los países participantes no mantuvieron sus compromisos de reducción de producción. Esta organización se encuentra inactiva desde fines de los años 80.

La experiencia fallida de CIPEC viene a la memoria tras las declaraciones del Presidente Boric, quien en una entrevista a la revista TIME, sugirió que Chile en conjunto con otros países de la región, podría presionar por cambios en la conducta frente al cambio climático en otros países “condicionando la exportación de materias primas o de energía a cambios en el comportamiento de consumo de los países más desarrollados”.

El objetivo es loable, sin duda, pero tal como el caso de CIPEC, la posibilidad de éxito de una estrategia de este tipo es sumamente baja. En el litio, América Latina representa menos de un tercio de la producción mundial. En el caso del cobre, si bien Chile tiene una posición indudable de liderazgo en la producción, cualquier medida de restricción llevaría a medidas de respuesta de otros países afectando seriamente nuestra economía. Todo esto, sin considerar que medidas de este tipo entran en conflicto con los tratados de libre comercio que Chile ha firmado y los contratos existentes con inversionistas extranjeros, obligando a compensaciones de costos insospechados.

La obsesión por el liderazgo internacional de Chile es una característica compartida por todos nuestros presidentes en este siglo, independiente de su color político. Es así como se ha intentado impulsar o liderar distintas iniciativas con resultados no siempre exitosos.

Sin embargo, existe un área donde nuestro país ha ejercido un liderazgo importante y muy exitoso en las últimas décadas. Esta área es precisamente el comercio internacional. De acuerdo con la OCDE, Chile posee la red de tratados de libre comercio más poderosa del mundo y es un referente en esta materia. No es casualidad que la firma del TPP11 -aún no ratificado-, se haya realizado en nuestra ciudad capital. Cuidar y seguir potenciando este liderazgo es importante. Chile enfrenta desafíos económicos relevantes y urgentes en un contexto de alta incertidumbre, y requiere una política económica que mantenga el compromiso con el libre comercio.

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