Hacia una nueva relación empresa-colaboradores

18 de Octubre del 2012/SANTIAGO Un trabajador manipula la harina para hacer pan, en una panadería de Peñalolen, lugar donde la ministra del Trabajo y Previsión Social, el subsecretario del Trabajo, y la directora del Trabajo, los visitaron, para dar a conocer la norma que concede facilidades para que trabajadores voten en elecciones municipales. Ademas, se da a conocer que centros comerciales deben tener puertas cerradas en esa jornada. FOTO: FRANCISCO SAAVEDRA/AGENCIAUNO

El caso Friosur es un buen ejemplo. No solo dio protagonismo a sus colaboradores, al hacerlos parte del negocio, sino que, además, introdujo un nuevo estándar al incluirlos en el directorio, que es la instancia donde se toman las decisiones que definen el futuro de la empresa y marcan la hoja de ruta a seguir.



Hace unos días la pesquera Friosur decidió traspasar el 20% de su propiedad a sus trabajadores. Una señal más de que estamos frente a un cambio de paradigma en la forma en que concebimos el hacer empresa.

Si bien no se trata de una medida inédita, es un hecho que debiera marcar un precedente en la relación de la organización con sus colaboradores, quienes no sólo tendrán una participación en la propiedad, sino que además contarán con un representante en el directorio.

Este nuevo escenario exige a las organizaciones replantear su ecosistema interno y la forma en que reclutan y retienen el talento. Hay varios factores clave que deben ser integrados y considerados críticos: diversidad, flexibilidad, compromiso, productividad, conexión con la sociedad, entre otros.

El caso Friosur es un buen ejemplo. No solo dio protagonismo a sus colaboradores, al hacerlos parte del negocio, sino que, además, introdujo un nuevo estándar al incluirlos en el directorio, que es la instancia donde se toman las decisiones que definen el futuro de la empresa y marcan la hoja de ruta a seguir.

La modalidad en que se implementó esta medida también marca nuevos precedentes: se trata de un préstamo para compra de acciones que se paga a través de dividendos, lo que implica que todos los dueños (entre los cuales están los colaboradores) comparten riesgos y se benefician del crecimiento de la compañía.

Se conjugaron acá muchas variables que vale la pena analizar. Por una parte, los liderazgos capaces de conectarse con el entorno y entender que estamos ante un escenario económico, político y social que plantea nuevos desafíos a las organizaciones y las relaciones que establecen con sus distintos stakes.

Por otra parte, los trabajadores (a través del sindicato) que deciden hacerse parte de un proyecto colaborativo no solo desde la propiedad (lo que sin duda genera un grado de compromiso mayor, con incidencia directa en la productividad y generación de valor para la compañía), sino que también desde el directorio.

Esto último, con un aporte en la diversidad de miradas que, según los estudios y análisis que se han hecho en los últimos años, solo tiene beneficios.

En tiempos donde la colaboración, la productividad y la flexibilidad parecen ser los ejes de este nuevo trato, pudiera ser que lo de Friosur sea el comienzo de un ecosistema virtuoso que augure un nuevo y mejor futuro para las empresas y quienes las componen.

-La autora es Presidenta de Humanitas/Cornerstone

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