Opinión

José Zalaquett

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José Zalaquett

Recientemente ha partido de este mundo José Zalaquett, conocido por todos nosotros como “Pepe” Zalaquett. Un gran ser humano, un hombre sabio, de cultura universal, que destacó por la defensa inquebrantable de la dignidad de la persona humana.

Pepe se involucró activamente en la defensa de los perseguidos a muy poco tiempo de producido el golpe del Estado; lo hizo con mucho coraje al integrarse al Comité Pro Paz. La labor de Pepe le valió ser detenido en dos ocasiones por la DINA e implicó que fuera expulsado del país en 1976. En el exterior continuó con su tarea de defensa de los derechos humanos, llegando a ser presidente del Comité Ejecutivo Internacional de Amnistía Internacional. A su regreso a Chile, se vinculó a la lucha por la democracia y los derechos humanos desde nuestro país.

En 1990, su aporte fue gravitante en la creación por parte del Presidente Patricio Aylwin de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, conocida también como “Comisión Rettig”, cuyo objeto fue contribuir al esclarecimiento global de la verdad sobre las más graves violaciones a los DD.HH. cometidas durante la dictadura, con el fin de colaborar a la reconciliación de todos los chilenos. Verdad, justicia, reparación y reconciliación fueron los asuntos clave que concibió Pepe para abordar el tratamiento que debía darse a las graves violaciones a los derechos humanos en los procesos de transición que muchos países estaban experimentando desde la dictadura a la democracia. Ello sirvió de ejemplo para procesos desarrollados en esta área en distintas latitudes del planeta, como lo fueron los casos de Sudáfrica y El Salvador, por mencionar solo algunos de ellos.

Habiendo sufrido personalmente la persecución y el exilio por defender los derechos humanos, Pepe jamás guardó una pizca de rencor.

Su lucha por la defensa y promoción de los derechos humanos luego la volcó como miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y posteriormente al crear y codirigir junto con Cecilia Medina el Centro de DD.HH. de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.

Su labor como académico en el área del derecho internacional de los derechos humanos fue también muy fecunda. Sus clases y seminarios eran muy inspiradores para sus alumnos, abordando diversos temas vinculados con el fortalecimiento de la democracia y los DD.HH., como los vinculados a las dimensiones morales y éticas, los procesos de transición a la democracia, la transparencia y probidad pública, entre muchos otros.

En estos días se han destacado otras cualidades que muestran a Pepe como un ser humano de una cultura universal, como sus conocimientos sobre el arte en que destacó como un gran crítico de arte. Habiendo sido muy culto y sabio, sin embargo, nunca presumió de sus conocimientos y fue siempre muy modesto e interesado siempre en aprender cosas nuevas.

Pepe, has partido de nuestro mundo, pero nos dejas tu ejemplo de vida como legado que inspirará nuestras vidas para siempre. ¡Ojalá sigamos tus enseñanzas!


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