Kaiser: ignorancia y extremismo
El Sr. Kaiser dijo el martes: “nos salimos de la Agenda 2030, nos salimos del Tratado de París, nos salimos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Y luego añadió, “si hubiésemos querido ser colonia, por lo menos de gente decente, como el rey de España, no de cualquier pelotudo de Nueva York”.
No sé si es más alarmante su ignorancia del sistema internacional o la peligrosidad de sus posturas extremistas. Le respondo a Kaiser:
Primero, la Agenda 2030 es un plan de acción adoptado por todos (sí, todos) los Estados miembro de la ONU. Su objetivo es guiar las políticas públicas de los Estados y la acción de Naciones Unidas. Uno no puede “salirse” de la Agenda 2030, pues es un plan con recomendaciones, y no un tratado internacional. Seamos claros: la Agenda 2030 no es una agenda impuesta por la ONU, sino un plan negociado por los mismos Estados para orientar (no obligar) a la comunidad internacional y a la ONU. Es un plan que busca erradicar la pobreza, eliminar el hambre, garantizar educación de calidad e igualdad de género. ¿Cuál de estos objetivos no le gustan a Kaiser?
Segundo, el Acuerdo de París es el tratado más relevante que tenemos para enfrentar el cambio climático. También fue negociado por Estados, y en ningún caso impuesto por la ONU. El Acuerdo de París (a diferencia de la Agenda 2030) sí establece obligaciones para los 195 países que lo han ratificado. La obligación más importante es la de actuar con debida diligencia al adoptar medidas que sean capaces de contribuir a limitar el calentamiento global a 1,5 grados por sobre los niveles preindustriales. La implementación del Acuerdo depende de los mismos Estados, organizados en la COP, y no de un ente externo. Yo me pregunto, de verdad, si el Sr. Kaiser ha leído las 27 páginas del Acuerdo de París, y con cuál de sus disposiciones está en desacuerdo.
Tercero, la Corte Interamericana de DD.HH. es un órgano judicial autónomo que aplica la Convención Americana de DD.HH. La Convención es un tratado negociado por Estados que protege el derecho a la vida, la integridad personal o la prohibición de la esclavitud. La Corte, por su parte, determina si un Estado ha violado alguno de los derechos consagrados en la Convención Americana. Abandonar la Corte significa renunciar al respeto y la protección de derechos humanos en nuestra región. No pongo en duda, y de hecho apoyo, la necesidad de reformar el Sistema Interamericano de DD.HH. El Presidente Piñera en su gobierno hizo esfuerzos en esta materia. Sin embargo, abandonar el Sistema es darles la espalda a los habitantes de nuestro continente y entregarle un cheque en blanco a los Estados que violan los derechos humanos, sin ningún mecanismo que proteja a las víctimas. Yo apuesto por reformar; el Sr. Kaiser opta por abandonar.
Las declaraciones del Sr. Kaiser son peligrosas e irresponsables. Son eslóganes vacíos que confunden a la población y degradan el debate público. Es deber de los demás candidatos presidenciales, y especialmente de quienes creemos en la protección de los derechos humanos en la derecha, protestar y resistir estas propuestas.
Por Benjamín Salas, abogado, investigador asociado de Horizontal
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