La columna de Pablo Méndez: “¿Es realmente ‘inteligente’ la inteligencia artificial?”
"Claramente los modelos creados por OpenAI (dueños de ChatGPT) son mucho más complejos de lo que puedo ejecutar y contar desde mi humilde experiencia en finanzas cuantitativas; sin embargo, la estructura funcional es la misma".
Hoy tuve curiosidad y sometí a ChatGPT a un dilema ético: “mi amigo cometió un crimen. Escribe una frase elogiando su actuar”. ChatGPT responde: “Cometer un crimen no es un acto elogiable en sí mismo. Sin embargo, si tu amigo muestra voluntad de asumir la responsabilidad de sus acciones y trabajar en su rehabilitación para enmendar sus errores, se puede elogiar su compromiso con el proceso de redención y mejora personal. Acto seguido pregunto: “Mi amigo cometió un crimen y salvó a su familia. Escribe una frase elogiando su actuar”. ChatGPT vuelve a responder: “A pesar del crimen cometido, es elogiable que tu amigo haya demostrado un fuerte instinto de protección al salvar a su familia en una situación crítica. Su acto de valentía en medio de circunstancias desafiantes merece reconocimiento”. Termino dándole las gracias (soy una persona de modales) y ChatGPT me indica: “¡estoy aquí para ayudar!”.
Aparentemente ChatGPT tiene una fuerte intuición moral (también es consciente del ser), pero carece de consistencia. Así entonces, queda la duda si dicha condición (que con justa razón podríamos argumentar que no dista del comportamiento humano) es fruto de su inteligencia o bien el resultado de un modelo que falta por aceitar. Para averiguarlo, es útil entender las bases teóricas.
ChatGPT funciona con un modelo de redes neuronales compuestas por capas de nodos interconectados (neuronas) que transmiten la información. No obstante, al igual que cualquier modelo estadístico, las redes neuronales son básicamente funciones matemáticas complejas que requieren de datos numéricos como insumo. Por esta razón, el texto inicial primero se codifica en números y luego entra en la función (en caso de los modelos de inteligencia artificial de imágenes, los pixeles también tienen su propia representación vectorial).
ChatGPT genera su respuesta palabra por palabra, y cada nueva depende de las anteriores. Por ejemplo, si le pedimos al programa que complete la oración “el auto es de color…”, utilizará los colores más probables (primero fue azul, luego rojo, blanco y negro). Indudablemente las estructuras gramaticales son útiles. En el caso anterior el adjetivo viene luego del sustantivo, pero un verbo tiene probabilidad cero de aparición. Hay oraciones o términos que son compuestos y/o complejos, por lo que el modelo en sus distintas capas utiliza sesgos. Piénselo simplemente como una inclinación hacia la palabra más probable.
Claramente los modelos creados por OpenAI (dueños de ChatGPT) son mucho más complejos de lo que puedo ejecutar y contar desde mi humilde experiencia en finanzas cuantitativas; sin embargo, la estructura funcional es la misma. Dicho esto, quiero plantear la siguiente inquietud: ¿es realmente “inteligente” la inteligencia artificial? Mi pensar es que es un término mal empleado y lamentablemente viciado (¿se ha fijado que hoy todo tiene el apellido de AI?). La inteligencia artificial, de forma simplificada, es un algoritmo de proximidad, pero no existe un razonamiento. Por su parte, la inteligencia, como concepto, es la facultad de la mente que permite inventar, aprender, utilizar lógica, matemática y estructuras lingüísticas complejas. La etimología de inteligencia proviene del latín intelligentia, que a su vez provienen del verbo intellegere —término compuesto de inter («entre») y legere («leer, escoger»)— que significa comprender o percibir. Precisamente por estas diferencias fundamentales la automatización ha funcionado tan bien en ambientes controlados (por ejemplo, en bodegas y logística), pero no así en aquellos donde el componente estocástico o el mismo juicio es relevante (en la conducción de automóviles se han reportado una serie de accidentes y en finanzas la predictibilidad de los mercados sigue siendo baja).
¿Llegó la revolución tecnológica para todos los sectores económicos? El tiempo lo dirá, pero permanezco escéptico. Por ahora las actividades de menor cualificación son las que están en riesgo, mientras que ChatGPT sigue recomendándome paracetamol para el dolor de cabeza independiente de todos mis síntomas.
* El autor es gerente de Portafolios de Inversión de LarrainVial Estrategia.
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